En mi búsqueda por la red (derivada del exceso de tiempo durante la pandemia) llegué a un recinto totalmente nuevo para mí, Biblioteca Grandchester, espacio donde también se me dio la oportunidad de poder desarrollar mis locuras y aplicar mis ideas, por risibles que parecieran.
Mientras Biblioteca crecía, me fui dando a la tarea de trabajar en equipo con quienes forjaron un poco el orden y organización en mis actividades (soy un desastre para este tipo de acciones, hasta que me aplico o me aplican :D), entonces empecé a dejar que mi instinto y sexto sentido empezaran a fluir, para, posteriormente, desarrollar la observación virtual, fue ahí donde empecé a ver "más allá de lo que veo".
A través de las diversas dinámicas, fui descubriendo las habilidades y fortalezas de las chicas que se movían por Biblioteca. Siendo parte de la organización, pude ver, muy de cerca, lo que cada una podía aportar.
Durante casi un año me dediqué a observarlas y motivarlas a dar lo mejor de ellas, cualquiera que fuera la actividad, pues nuestro emblemático lema es: TODAS PODEMOS BRILLAR.
Cuando el tiempo de ingresar al Real Colegio fue llegando, supe quiénes estarían dentro de este equipazo, pero para ello era necesario buscar la manera de reunirlas a todas.
Me antecedía un año de conocimiento, así que tuve que trabajar desde Biblioteca para organizar e investigar todo sobre cómo moverme por el Foro Rosa (aún debo pagar una deuda a la jefa). Mi primera tarea fue incluirme dentro del Real Colegio Saint Paul, y hacerme una Rebelde, para ganarme a las demás.
Desde lejos fui anotando las rutinas y prácticas de cada una: la hora en que salían, a quién frecuentaban, sus hobbies, gustos, sus fortalezas y debilidades, principalmente estas últimas. Cuando todo estaba escrito, llegó el momento de intervenir.
Apostada en los pilares, subida en ramas altas, dentro de escondrijos secretos, fui moviéndome para ir a acusar, indirectamente, a cada una de las chicas, ¡¡¡así como lo leen!!! Fui yo quien acusó a estas niñas para poder reunirlas.
Yo le dije a las monjas en dónde encontrar a la herida Pashca y acusé a TG mientras miraba, distraídamente, a Candice; yo provoqué a Luisa para molestar a Candy, sabía que Lady Ardlay estaba al borde y saldría en su defensa; yo comenté, inocentemente, que Didi se había confundido y había ido a parar al ala masculina, e igualmente mencioné a Lolita, quien había ido a parar a un aula solitaria con un libro "extraño"...
¿Sabían que el modo espía se me da bien? Fue de ese modo en que Chianella y Marishka fueron descubiertas, aún en sus propias alcobas, por medio de una nota que llegó hasta la oficina de la hna Grey. Para Amethyst no hubo mucho que hacer, más que azuzar a Eliza para que se volviera una loca gritona y armará borlote.
Con Ella y Astrid, el mismo Terry colaboró; la fisgona estaba tan entretenida, que ni vio llegar a las monjas; y con la segunda, bueno, mi adorado Rebelde fue mi cómplice, tuve que contarle mi idea, y no dudó en apoyarme y así emborracharla.
No me arrepiento de nada, tenía que buscar la manera de que se conocieran y me conocieran... y esta fue la mejor opción. Encerradas en el cuarto de castigo, ese día, sin saberlo, forjamos nuestro destino y dejamos que los hilos nos unieran de manera especial y rotunda.
Ahora sólo me faltaba caer dentro de ese cuartucho, ¿quieren saber cómo lo hice? Aquí les va.
FLASH BACK.
Estaba en las caballerizas dándome un buen faje con mi adorado Terrence. Ya sé que tenemos el mismo apellido, y eso es porque somos primos, bueno, sólo de nombre.
Su padre se convirtió en mi tutor por ser la hija adoptada y huérfana de su medio hermano. Ya sé, esto es un lío. Nunca necesité más renombre, soy feliz y plena a mi manera, haciendo todo y nada a la vez, llevar apellidos rimbombantes en realidad es todo un problema, pues exige que muestres un comportamiento impecable.
Mientras Lolita, prima directa de Terry, debía contenerse por no pasarse más que de un besito sin perjuicio, yo no perdí oportunidad de darme mis encuentros fogosos con mi chico Rebelde.
No llegamos a intimar, ambos sabíamos que eso nos acarrearía serios problemas familiares, pero puedo decirles, en mayúsculas, QUE DISFRUTAMOS NUESTROS CUERPOS en todo cuanto podíamos.
Nuestras escapadas al Colegio eran frecuentes, pasión y desborde adolescente, búsqueda de satisfacción y culminación de deseos... Eso éramos él y yo, hasta que conoció a Candy, la amable chica americana.
No me molestó en ninguna manera, yo sabía que tarde o temprano cada uno seguiría su camino, y si en algún momento buscábamos un buen agasaje, no nos andaríamos por las ramas. Eso es lo que estábamos haciendo ahora, soltando estrés y dejando los cuerpos relajados.
Después de terminar de satisfacer nuestros apetitos carnales, y de, muy probablemente, un último y candente beso con mi único"amigo con derecho", me dirigí hacia mi objetivo... ser encerrada.
Dejé que la hermana Margaret me viera saliendo del bosque y pues, no hubo más que hacer, que esperar ser encerrada en el cuarto de castigo. El simple hecho de andar sola a altas horas de la noche, ya era motivo de sanción.
Cuando llegué al lugar, las diez chicas me miraron con ojos vívidos, ya sabía yo que no estarían durmiendo, a excepción de Astrid, que apenas y podía abrir los ojos. Cuando la puerta se cerró, sonreí:
–¡¡¡Buenas noches chicas, bienvenidas a la celda de castigo!!! –Ellas me miraron con cierta incertidumbre y unas risillas nerviosas. –Las he reunido aquí, porque tengo algo que proponernos... Ahora escúchenme con atención...
Esa noche madrugada les presenté el plan y no hubo una que dijera que no... Ya sabía yo que la rebeldía corría por sus venas.
Para celebrar extraje, de debajo de mi vestido, una buena botella de tequila reposado, y nos dedicamos a planear todo lo que haríamos. La mañana nos alcanzó con una gran resaca, pero un gran proyecto por delante...
FIN DEL FLASH BACK.
Y esa es mi historia, la manera en que llegué hasta aquí con estas chicas, todo con el afán de que el Candy Mundo continúe, y los aportes de cada una, pasen a la posteridad, que muchas y nuevas generaciones tengan la posibilidad de conocer la grandiosa historia de amor de nuestros Rebeldes favoritos.
Soy FELÍCITY GRANDCHESTER, y soy, orgullosamente, una Rebelde del Saint Paul y una Divina Mística.... "Porque todas podemos brillar".