Parte VI
Aunque Granchester lo esté observando de una manera tan amenazadora, pues han salido vivos de milagro de la cueva y lo que menos le interesa es saber si las deposiciones del dragón dejarán de oler bien o no. Slean levanta su índice, se lo muestra diciendo en un tono muy inocente
-Oye, me hice pupita en el dedo ¿Crees que Kandy podría hacer uso de su magia para sanarlo?
-Slean
-Es que me duele… auch… lo miro y me duele… auch
Patt apoya su cabeza en el hombro de su amiga y con voz agotada le pregunta
- Cielos Kandy, dicen tantas burradas que aún no entiendo cómo es que los aguantas
- Es difícil de explicar… creo que hay veces que ni yo lo tengo muy claro
- Esperad, el dragón no se ha comido a los caballos
Interrumpió Astyrian, todos posaron sus ojos en él.
- Si se fijan, no hay rastros de sangre ni algo por el estilo cerca de la entrada de cueva, sin embargo, sí están unas huellas que van en varias direcciones… seguramente salieron espantados
- Perfecto… se largaron sin nosotros
- ¿Qué estás diciendo hermano?
- Lo que oíste tontita. Sin transporte ahora nos tocará caminar
- ¡¿Caminar?! ¿En ésta vida?
- Ya, cállense de una vez… será mejor que guarden la energía que sueltan por esa boca y empiecen a caminar
- Oh nooo… hermano, Greum ahora nos quiere torturar… quiere que caminemos hasta el castillo ¡Se ha vuelto loco!
Se quejaba la pelirroja a la vez que se lanzaba dramáticamente sobre Slean, los demás hacen gestos negativos con su cabeza mientras que se ajustan sus capas para conservar el calor; Zilae hace un último puchero de llanto y finaliza diciendo
- Te odio Greum… te odio
- Lo sé, me hago cargo… y ahora, empieza a caminar.
Pero antes de que pudieran dar un primer paso, se encuentran rodeados por hombres vestidos de con pieles blancas que estaban agazapados en los arbustos del derredor y las copas de los árboles. Los amenazan con espadas, lanzas y arcos, por lo que todos levantan las manos en señal de rendición. Grandchester estaba sorprendido de no haberse percatado de su presencia, de presto un hombre sobre un caballo blanco se acerca desde la retaguardia observando a cada uno de manera desaprobadora
-Habéis entrado en territorio sagrado… seréis condenados a pena de muerte
-¿Q-qué? ¿Por qué?
Tartamudeo Astyrian, palabras que muy seguramente los demás se repetían.
-Es obvio, están aquí para matar a nuestra bestia sagrada
-¿Q-qué? ¿Por qué habríamos de hacer eso?
-¡A callar!
Los hombres les ataron las manos con cuerdas y los obligaron a caminar en dirección contraria a Llyn. Antes de que anocheciera llegaron a una aldea que se encuentra a las faldas de la montaña, pasa casi por desapercibida.
Los chicos son metidos en un calabozo y les dicen que el jefe no está, pero que pronto serán enjuiciados por su intromisión en la cueva sagrada, que de eso no se libraban. Arshbalt montado sobre los hombros de Slean observa por una pequeña ventana la actividad de la aldea, entonces divisa a sus caballos, les han quitado las monturas y los están cuidando. Astyrian maquina la forma de poder liberarse de los barrotes, Patt le ayuda buscando un punto débil
-Arshy ¿Cuántos hombres están haciendo guardia?
-Ehh… hay dos en la puerta y estoy viendo a los caballos
-¿Qué? ¿De verdad?
-Sí… por lo visto la bestia no se los ha comido, ellos se los trajeron.
-Muy bien… fíjate bien dónde los deja, los podremos tomar para marcharnos.
Antes de que pudiesen tramar algo y recibir la cena, los guardias vienen por ellos y los llevan al centro del pueblo. Las antorchar iluminan en derredor, hace frío y parece que puede nevar nuevamente.
-Yo soy Luan, jefe de la guardia de nuestro Dragón Sagrado.
-Yo soy Greum Grandchester y estoy con mis amigos, estamos de paso
-¡A callar! Desde muchos años nuestro clan tiene la sagrada misión de cuidar éste lugar. Nuestro jefe Eileen nos ha inculcado nuestras costumbres y normas, y la primordial de todas es que nadie debe acercarse a la cueva para matar al dragón… habéis sido encontrados saliendo de ella, por lo tanto ¡Son condenados a la guillotina!
-¡Esperad! ¡No podéis condenarnos sin saber nuestra versión!
Greum intentó intervenir para librarse de tal absurda condena
-Nosotros no estábamos buscando ningún dragón para matarlo… ni siquiera sabíamos que existía
-¡Mentís!
-Le aseguro que digo la verdad… nosotros solo somos un grupo de amigos que han aprovechado unos días libres para viajar, desestresarnos, nada de matar dragones
-Clarooo…
Dijo Luan en tono irónico
-Y por eso, casualmente mis hombres los atraparon a la entrada de la cueva sagrada intentando colarse
-No es precisamente así… entramos porque había una ventisca fuerte, nos resguardamos en ese lugar sin saber que era sagrada, cuando sus hombres nos detuvieron estábamos escapando del animal
-Por supuesto, y por eso iban armados hasta los dientes
-Estábamos armador por defensa propia
-Oh, entonces habéis entrado para luchar con el dragón y por eso hicisteis explotar la cueva
-No, no hemos matado a nadie
-¡Ya basta, es hora de que el experto hable!
Slean se acerca hasta donde Greum para hablarle al Luan, jefe de los guardias, Kandíros intenta detenerlo, pero su hermana no se lo permite
-Espera un momento Slean
-Déjalo, sabe lo que hace… ha sido juzgado más veces que todos por Gerain Daft, aunque también ha sido castigado más que nadie por Gerain, pero ¿Qué más da?
La rubia se lleva una mano al rostro… a veces los gemelos le exasperan con sus tonteras
-Soy Slean Lehan…
-Calla Slean
Quiso detenerlo Greum, pero éste le ignoro, sino que hizo una reverencia ante Luan
-… defensor de cosas y casos. Dice que nos hemos colado en su cueva… quizás, pero ¿Desde cuándo está prohibido buscar un lugar para resguardarse del frío?
-Que conste que ésta persona no me representa
Insistió Greum, ya que el pelirrojo le ignoraba completamente.
-Quizás sí entramos en su cueva, pero no estaba para nada calientita, no es para nada acogedora, os recomiendo un par de cosas para hacerlo más hogareño: un par de sillas, mantas y cerveza… después, fuimos atacados por ese animal enorme ¿Habéis visto su tamaño? ¡Es colosal! Pero no fue cosa nuestra que ese dragón esté medio cegado y haya recorrido vaya usted a saber cuántos pasillos lanzando fuego por sus fauces… ¿Sabéis que ese animal tira fuego? ¡Pues lo hace! Y muy mal… ¿Cómo puede tirar fuego y errar el blanco? Si no puede hacer bien las cosas es mejor eliminarlo ¡Dadme una espada! Estoy tan cabreado porque ese bicho puede lanzar fuego y yo no
-Slean ¡Para!
-Y mire a nuestro líder, Greum Grandchester tercero… hay tres como él, se puso a jugar con monigotes para el dragón para engañarlo ¿Quién le hace eso a una pobre bestia ciega? El pobre ni cuenta se dio y se puso a lanzar fuego a lo tonto… normal que estos dos decidieran encerrarlo, no sabe jugar en grupo ¡Muy mal, muy mal! Tanto que defendéis al dragón misterioso y ni siquiera le enseñan a compartir o jugar en grupo ¡Sois un desastre! ¿Y qué se puede decir de sus cacotas?
-Más vale que cierre el pico o te lo cierro yo
-Está bien… no tengo nada más que decir
-Oah… muy bien
Suspiró Greum... el juicio aún no termina y gracias a Slean ahora no pinta nada bien...
Continuará...
PARTE VII
Aunque Granchester lo esté observando de una manera tan amenazadora, pues han salido vivos de milagro de la cueva y lo que menos le interesa es saber si las deposiciones del dragón dejarán de oler bien o no. Slean levanta su índice, se lo muestra diciendo en un tono muy inocente
-Oye, me hice pupita en el dedo ¿Crees que Kandy podría hacer uso de su magia para sanarlo?
-Slean
-Es que me duele… auch… lo miro y me duele… auch
Patt apoya su cabeza en el hombro de su amiga y con voz agotada le pregunta
- Cielos Kandy, dicen tantas burradas que aún no entiendo cómo es que los aguantas
- Es difícil de explicar… creo que hay veces que ni yo lo tengo muy claro
- Esperad, el dragón no se ha comido a los caballos
Interrumpió Astyrian, todos posaron sus ojos en él.
- Si se fijan, no hay rastros de sangre ni algo por el estilo cerca de la entrada de cueva, sin embargo, sí están unas huellas que van en varias direcciones… seguramente salieron espantados
- Perfecto… se largaron sin nosotros
- ¿Qué estás diciendo hermano?
- Lo que oíste tontita. Sin transporte ahora nos tocará caminar
- ¡¿Caminar?! ¿En ésta vida?
- Ya, cállense de una vez… será mejor que guarden la energía que sueltan por esa boca y empiecen a caminar
- Oh nooo… hermano, Greum ahora nos quiere torturar… quiere que caminemos hasta el castillo ¡Se ha vuelto loco!
Se quejaba la pelirroja a la vez que se lanzaba dramáticamente sobre Slean, los demás hacen gestos negativos con su cabeza mientras que se ajustan sus capas para conservar el calor; Zilae hace un último puchero de llanto y finaliza diciendo
- Te odio Greum… te odio
- Lo sé, me hago cargo… y ahora, empieza a caminar.
Pero antes de que pudieran dar un primer paso, se encuentran rodeados por hombres vestidos de con pieles blancas que estaban agazapados en los arbustos del derredor y las copas de los árboles. Los amenazan con espadas, lanzas y arcos, por lo que todos levantan las manos en señal de rendición. Grandchester estaba sorprendido de no haberse percatado de su presencia, de presto un hombre sobre un caballo blanco se acerca desde la retaguardia observando a cada uno de manera desaprobadora
-Habéis entrado en territorio sagrado… seréis condenados a pena de muerte
-¿Q-qué? ¿Por qué?
Tartamudeo Astyrian, palabras que muy seguramente los demás se repetían.
-Es obvio, están aquí para matar a nuestra bestia sagrada
-¿Q-qué? ¿Por qué habríamos de hacer eso?
-¡A callar!
Los hombres les ataron las manos con cuerdas y los obligaron a caminar en dirección contraria a Llyn. Antes de que anocheciera llegaron a una aldea que se encuentra a las faldas de la montaña, pasa casi por desapercibida.
Los chicos son metidos en un calabozo y les dicen que el jefe no está, pero que pronto serán enjuiciados por su intromisión en la cueva sagrada, que de eso no se libraban. Arshbalt montado sobre los hombros de Slean observa por una pequeña ventana la actividad de la aldea, entonces divisa a sus caballos, les han quitado las monturas y los están cuidando. Astyrian maquina la forma de poder liberarse de los barrotes, Patt le ayuda buscando un punto débil
-Arshy ¿Cuántos hombres están haciendo guardia?
-Ehh… hay dos en la puerta y estoy viendo a los caballos
-¿Qué? ¿De verdad?
-Sí… por lo visto la bestia no se los ha comido, ellos se los trajeron.
-Muy bien… fíjate bien dónde los deja, los podremos tomar para marcharnos.
Antes de que pudiesen tramar algo y recibir la cena, los guardias vienen por ellos y los llevan al centro del pueblo. Las antorchar iluminan en derredor, hace frío y parece que puede nevar nuevamente.
-Yo soy Luan, jefe de la guardia de nuestro Dragón Sagrado.
-Yo soy Greum Grandchester y estoy con mis amigos, estamos de paso
-¡A callar! Desde muchos años nuestro clan tiene la sagrada misión de cuidar éste lugar. Nuestro jefe Eileen nos ha inculcado nuestras costumbres y normas, y la primordial de todas es que nadie debe acercarse a la cueva para matar al dragón… habéis sido encontrados saliendo de ella, por lo tanto ¡Son condenados a la guillotina!
-¡Esperad! ¡No podéis condenarnos sin saber nuestra versión!
Greum intentó intervenir para librarse de tal absurda condena
-Nosotros no estábamos buscando ningún dragón para matarlo… ni siquiera sabíamos que existía
-¡Mentís!
-Le aseguro que digo la verdad… nosotros solo somos un grupo de amigos que han aprovechado unos días libres para viajar, desestresarnos, nada de matar dragones
-Clarooo…
Dijo Luan en tono irónico
-Y por eso, casualmente mis hombres los atraparon a la entrada de la cueva sagrada intentando colarse
-No es precisamente así… entramos porque había una ventisca fuerte, nos resguardamos en ese lugar sin saber que era sagrada, cuando sus hombres nos detuvieron estábamos escapando del animal
-Por supuesto, y por eso iban armados hasta los dientes
-Estábamos armador por defensa propia
-Oh, entonces habéis entrado para luchar con el dragón y por eso hicisteis explotar la cueva
-No, no hemos matado a nadie
-¡Ya basta, es hora de que el experto hable!
Slean se acerca hasta donde Greum para hablarle al Luan, jefe de los guardias, Kandíros intenta detenerlo, pero su hermana no se lo permite
-Espera un momento Slean
-Déjalo, sabe lo que hace… ha sido juzgado más veces que todos por Gerain Daft, aunque también ha sido castigado más que nadie por Gerain, pero ¿Qué más da?
La rubia se lleva una mano al rostro… a veces los gemelos le exasperan con sus tonteras
-Soy Slean Lehan…
-Calla Slean
Quiso detenerlo Greum, pero éste le ignoro, sino que hizo una reverencia ante Luan
-… defensor de cosas y casos. Dice que nos hemos colado en su cueva… quizás, pero ¿Desde cuándo está prohibido buscar un lugar para resguardarse del frío?
-Que conste que ésta persona no me representa
Insistió Greum, ya que el pelirrojo le ignoraba completamente.
-Quizás sí entramos en su cueva, pero no estaba para nada calientita, no es para nada acogedora, os recomiendo un par de cosas para hacerlo más hogareño: un par de sillas, mantas y cerveza… después, fuimos atacados por ese animal enorme ¿Habéis visto su tamaño? ¡Es colosal! Pero no fue cosa nuestra que ese dragón esté medio cegado y haya recorrido vaya usted a saber cuántos pasillos lanzando fuego por sus fauces… ¿Sabéis que ese animal tira fuego? ¡Pues lo hace! Y muy mal… ¿Cómo puede tirar fuego y errar el blanco? Si no puede hacer bien las cosas es mejor eliminarlo ¡Dadme una espada! Estoy tan cabreado porque ese bicho puede lanzar fuego y yo no
-Slean ¡Para!
-Y mire a nuestro líder, Greum Grandchester tercero… hay tres como él, se puso a jugar con monigotes para el dragón para engañarlo ¿Quién le hace eso a una pobre bestia ciega? El pobre ni cuenta se dio y se puso a lanzar fuego a lo tonto… normal que estos dos decidieran encerrarlo, no sabe jugar en grupo ¡Muy mal, muy mal! Tanto que defendéis al dragón misterioso y ni siquiera le enseñan a compartir o jugar en grupo ¡Sois un desastre! ¿Y qué se puede decir de sus cacotas?
-Más vale que cierre el pico o te lo cierro yo
-Está bien… no tengo nada más que decir
-Oah… muy bien
Suspiró Greum... el juicio aún no termina y gracias a Slean ahora no pinta nada bien...
Continuará...