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>> POV CANDY.
Casi gritamos cuando una voz nos asusta, proviene de la carpa, en la oscuridad de la misma estaba una mujer delgada que lucía abundante y rojiza cabellera sujeta apenas con una banda verde, tiene un elegante y vaporoso vestido de seda roja que parece sacado de alguna serie medieval.
—Este... disculpe... nosotros... no quisimos...
—Sàmhach! —Menciona en un idioma extraño que supongo Terrence conoce, sigo sujeta a su brazo porque siento que en cualquier instante tenemos que salir corriendo —Al contrario, es para mí un honor recibirlos. No es común descubrir almas antiguas en estos tiempos.
—¿De qué está hablando? —Pregunto Terry intrigado.
—Primero, déjenme presentarme, mi nombre es Isla. Tengo el poder de la clarividencia y puedo ver más allá de las eras.
—¿No eres una charlatana más de la feria? —Reto Terry aferrándome más a él.
—No jovencito, mis principios son rectos, y mi misión lo es aún más… yo solo hablo la verdad de lo que veo ante mis ojos —Se acerca a nosotros con caminar delicado —Y ustedes, son almas de antaño que se han encontrado fortuitamente, y sus ropas incluso los revelan.
En mis pies se hizo un vacío, es como un espiral de temor, de emoción, de anticipación como cuando estas a punto de recibir una gran noticia, no sabes si aquello será bueno o malo, pero tengo la certeza que no podremos escapar de ello.
Terrence me mira hurgando en mi mirada una señal que le indique seguridad en lo que estamos a punto de hacer, sin pensarlo, hago un asentimiento de cabeza refirmándole que quiero proseguir.
—Tomen asiento, mis escusas por no tener sillas acordes a su alto rango, Excelencia. –Noto que la mandíbula de Terry se tensa, alcanzo a adivinar su escepticismo y su recelo ante una posible estafadora, así que para adelantarme a sus posibles acciones acepto la invitación tomando la primera silla.
—No tiene por qué disculparse Señorita Isla, muchas gracias.
—Isla pequeña, soy solo Isla —Aclara con una sonrisa en los ojos, pero los labios casi indiferentes.
Terrence al vernos sentadas, hace lo propio agradeciendo de forma cortés, le sonrío para que se tranquilice y de inmediato vuelvo entusiasmada hacia Isla, tratando de ocultar el nerviosismo que esto me genera.
—¡Tenemos curiosidad! —Digo de sopetón, la premura ante lo que Isla tenia que decirnos hacía que el corazón me latiera de forma salvaje.
—Muy bien, dulce pequeña, imagino que están descubriendo el presente, así que deben querer conocer el pasado o el futuro –Aquella alusión a mi nombre, se me hizo muy familiar, pienso que me llamaba alguien así, estoy segura, pero no logro recordar quien. Casi al instante la piel se me erizó, me coloco, de nueva cuenta el suéter porque una corriente de aire entra la carpa.
—¿Estas bien?
—Si... sólo que me sentí extraña.
Vuelvo a ver a Terry, quien me agarra de la mano debajo de la mesa, me da un apretón suave en señal de afirmación.
—Sí queremos escuchar todo lo que pueda decirnos —Le confirmé, y acto seguido saca un manojo de cartas españolas.
–Podría leerles las runas, pero si el destino alguna vez fue marcado por las cartas, entonces deberán ser ellas quien les guie al camino que ustedes perdieron.
Aquello no lo entendí, pero ver la destreza con la que movía las cartas, trajo un flash de un evento similar; fue algo fugaz que me hizo estremecer, así que de forma instintiva sujete la mano de Terry más fuerte, quien reclamó de manera velada.
—Trate de no usar tanta teatralidad por favor, no queremos que la dama se asuste.
—No se preocupe, sabrá solo lo que deba saber hasta ahora —Decía Isla mientras colocaba el manojo sobre la tela brillante e indicaba con su gesto que dividiera en dos partes y así lo hice.
En sus labios se curso una extraña sonrisa qué me aterrorizaba, si, para nosotros era un juego, pero ella se lo tomaba muy en serio.
—Tomen una carta,—Ordena —hare algo fuera de lo ordinario con ustedes. Les leeré las cartas de modo simultáneo, no habrá saltos, mis jóvenes amigos.
Respiro y tomo una de las respectivas cartas, Isla me señala para que se la muestre y con algo de nerviosos se la enseño, ella tiene una mirada serena.
—La Papisa... significa que están preparados para iniciar una relación de pareja basada en la unión de las almas. El vínculo que se desea es profundo e intenso ¡Qué hermoso! —Susurra la mujer con un brillo intenso en sus ojos. —No es coincidencia, mis jóvenes amigos, que hayan venido a este lugar juntos.
—Es... esto es solo juego de palabras y casualidades —Dice Terrence con nerviosismo.
—No, mi estimado joven, ni siquiera es casualidad que en su vida pasada se hayas llamado Terrence, milord. —Aquella revelación hizo que los ojos de Terrence se abrieran de manera desmesurada. La mujer vuelve a barajear sus cartas y elige otra —¡Vaya! Esta es interesante.
—¿Qué es? —Pregunta él con verdadera curiosidad.
—Seis de Copas —Se la entrega a Terrence quien le mira confuso, toma la carta con manos temblorosas —Esta carta simboliza el encuentro inminente con el alma gemela... Una que ves todas las noches y llena todo tu ser con una simple sonrisa.
La boca de Terrence se abre con evidente sorpresa, como si ella hubiera revelado algo importante.
—El número seis se vincula con el placer, por lo que este encuentro estaría repleto de disfrute e intercambio de emociones gratificantes... Y noto, que ambos lo han pasado muy bien.
La mujer nos toma de las manos y nos estrecha con amor fraterno.
—Vamos Terrence... no seas escéptico ante lo que ocurre, porque sabes que esto es algo que siempre has esperado... No permitas que vuelvan a separarse, se valiente y atrapa lo que es tuyo.
—Yo... no lo entiendo... —Dice a un hilo de voz —¿Cómo sabe lo que sueño?
—No todos los que hacemos esto somos charlatanes —Responde Isla volviéndose a mi con el mazo de cartas. Por favor, dulce pequeña, tu carta.
Me presenta el juego y yo elijo otra, dudaba de la forma en cómo revelaba cosas que solo nosotros conocíamos, sobre todo porque eran íntimos, en especial los sueños. Le muestro mi carta y su gesto no cambia en lo absoluto.
—El Sol, indica la presencia del amor incondicional y presagia el éxito basado en el camino recorrido junto al alma gemela. Esta carta es la cristalización de una pareja enamorada, la plenitud en lo emocional y el inicio de una nueva vida en la cual se dejan atrás los problemas del pasado ¡Air sgàth Dia!
Cierra los ojos y alza su mirada al cielo con una bella sonrisa.
—Almas gemelas y amor incondicional... ¡Qué especiales son ustedes! —Se acerca a nosotros y examina nuestras ropas, toma de la bufanda de Terrence un trozo de hilo, al igual que de mi suéter —Ambos están unidos por algo tan íntimo que es el mismo Dios quien se ha encargado de reunirlos en esta bella tierra, se han buscado entre sueños, se han amado desde mucho antes... es un amor genuino.
Isla empieza a entrelazar los hijos lentamente mientras entona una oración silenciosa, Terrence y yo nos miramos, las manos de la mujer no se detienen, y entonces ella nos habla con paciencia.
—Cuando el amor, viene de mucho tiempo atrás no procura que ambos encajen... ambos se aceptan con todo y sus defectos, es un amor desinteresado y jamás esperara nada a cambio ¡Al contrario! Es tan justo que no teme al tiempo y al clima más cruel, resiste heridas y cuando es así de perfecto cada uno puede reflejarse en la risa del otro, no busca placer carnal, no busca saciar la soledad siquiera... Pueden ser amigos, confidentes, y ante todas las cosas...
Los hilos que había hecho se convirtieron ahora en pequeñas pulseras que ella fue atando a nuestras muñecas, eran idénticas y de algún modo nos representaba, Terrence y yo nos miramos sonriendo, porque no sabíamos si era charlatanería o si ella era una verdadera vidente... pero esas palabras significaban algo para mí.
—El amor de las almas gemelas subsiste en otros planos y en otras vidas... Es eterno.
Salimos de allí abrumados y emocionados, no se cómo dejar de pensar en aquel extraño momento, hasta que Terry me toma por sorpresa de la mano dirigiendo a otra parte.
Continuará...