TE SIGO AMANDO.
Hasta lo más fuerte y difícil se acostumbra.
Empiezas a dejarte llevar por el recorrer de la vida, inocente a ese destino que te ha marcado, creyendo que has cumplido con el cometido, , creyendo que ya has sido vencida. Y de pronto...
Era un día soleado, con grandes nubes blancas y esponjosas, un día de esos cualquiera, y del cual menos esperas, pero esos días son cuando el universo se burla de ti recordándote que no eres dueño de nada. Què solo estás un momento y que hagas lo que hagas no eres dueño de él. “Te fuiste sin mirarme" Esas fueron las palabras que escuchas de tras de ti, pudieron haber sido tantos reclamos, tantos reproches, tantos insultos, pero eres incapaz de decir algo que sirva de excusa. Has bajado la guardia, estas convencida de que el destino los había cruzado por burlarse y fallarle. Pero eso no importa, por que es su voz, y tú corazón la reconoce antes de que el cerebro se de por enterado. Tú corazón palpitaba a millón con golpes que te vuelven a recordar cuando duele estar enamorada. No te atreves a girar, la emoción y el temor a encontrarte con esa mirada. Sé te cortan la respiración. Estaba ahí. Giras y lo escuchas susurrar: “Pecosa , mi pecosa ”. Los ojos sè te aguadan llenos de recuerdos y sentimientos mientras tu armadura se hace pedazos, la armadura que tenías en el cuerpo caía con la misma firmeza que se derrumbaba la muralla que ibas construyendo con tanto cuidado y ahínco alrededor de tú recuerdo en tu corazón. Empiezas Parpadeando aun sin creer, miras al rededor. El lugar estaba lleno de gente de todas las edades, y sin embargo, el vacío en tu interior era espacial. No quieres caer en el típico cliché y decir que el resto de las personas desaparecieron. Todos siguen allí, rodeándolos pero en otro plano, como cuando ves una película en blanco y negro pero sin el sonido, y la película continúa, pero en un absoluto silencio, lo único que escuchas son los latidos de dos corazones, te esfuerzas en contener el sollozo atrapado en tu mirada. Escondido en lo profundo de tu alma. No eres capaz de moverte, no eres capaz de recoger los pedazos caídos de tu armadura, los miras en el suelo, tu defensa, la pared, desparramada en el piso, dejándote desvalida ante él. Miras como él se agacha para recogerlos mientras tu lo sigues con tus ojos y con todos los años pasados atrapados en la garganta impidiéndote hablar. El nudo en la garganta se convierte en miedo, miedo del que temes emitir algún sonido que saliera convirtiéndose en un gruñido de una mujer herida. De repente, todo en ti se paraliza y el impacto de un puñetazo te atravieza en el estómago. Como si hubieran enterrado una Acha, lisa, pero tan dañina y dejando un hueco perfecto en tu cuerpo. Cuando captas un resplandor cegador, potente, indestructible. En su mano izquierda lleva una argolla, una argolla de matrimonio. La expresión de tu cara te delata, Incredulidad y asombro, Con un gesto de disculpa él te mira, y con la cabeza afirma la existencia de ese matrimonio. Baja la mirada, intentando disculparse, avergonzado, e intentado pedirte perdón.
–No, no –dices y sostienes su mano– Esta bien—, te oyes decir–. Es lo que tenías que hacer. Tú no me debes nada, no a mi.
–Pero a lo que vivimos sí, a lo que sentimos sí –él te contesta con la mirada llena de tristeza.
–¿Qué haces aquí? – preguntas en un intento por cambiar el tema, aligerar las emociones, Consigues sonreír, En esa sonrisa dices que es una agradable coincidencia ubicarlo en ese día, en el mismo sitio, a la misma hora, en un lugar muy familiar para ambos. Aunque a la misma vez tan ajeno por que ya no es de su amor.
–Estoy llegando de Nueva York, Estoy en transe de una gira. Mi tren sale en dos horas. –La sonrisa en tus labios a parece por que estas recordando algo–: O como dirias cualquier encuentro casual es una cita, al parecer el destino sigue empeñado en citarnos. ¿Y tú? .
Agachas la mirada con tus mejillas encendidas.
Estaba en el hospital trabajando. –Te explicas—. Salgo para Illinois … –miras el reloj –mi tren tambien sale en dos horas.
–Salgamos de aquí. Agarra tu mano sin darte el tiempo para negarte, sabiendo como reaccionarias.
Saliste de lugar dejando atrás el bullicio y miradas curiosas. No puedes evitar mirar atrás y pensar que con ellos se quedaban todas las defensas que habías construido con tanto cuidado durante años. Le tomaste de la mano y te dejaste llevar, corriendo intentando alcanzar su paso, con tu curiosidad inquieta le seguías preguntando hacia dónde te llevaba, pero él discreto como siempre, se mantuvo en silenció con una fuerza y con la seguridad de quién sabe lo que hace.
Sonreíste cuando te dijo que siemre tan curiosa.
–Hay cosas que nunca cambian –comentaste con coquetería, y miraste sus manos entrelazadas con las tuyas. Sus ojos zafiros acariciaron tu risa. Nunca lo dijiste pero su miradas siempre las sentiste acariciándote el corazón. Seguía teniendo una argolla recordándote cual era su condición de hombre, ahora casado con otra, su amor era de otra. Sin embargo, para tú corazón el verlo y tenerlo en ese instante te dio algo de consuelo.
Tenías muchas emociones encontradas, una que no deseas, por que es la que mas daño seabes que te hará La ilusión. La que siempre te acompañó en todos los encuentros y que hoy imploras para que se niegue a asistir a esta realidad: En esta historia llena de vericuetos, inconclusa, trasnochada y cansada. Tenías que recordar que llevabas intentando olvidarlo sin lograrlo. Aunque sabés que se quedó en intento. El intento que se conviertio en una forma distinta de recordar. Tu lo recuerdas todo, hasta el más insignificante de los detalles. Sí, los momentos buenos y malos. Cuando el dolor y la tristeza te invaden recuerdas los buenos, los momentos felices. Y cuando la rabia llegaba inesperadamente, era cuando deseabas olvidarlo, por todo el daño que ambos llegaron a hacerse, ¿cuantas veces negaste el amor de ambos?, ¿cuantas veces lloraste? Por qué en tu intento de olvidalo terminaste inventándote nuevas formas de recordarlo. Noches de tristeza, noches de dolor y de añoranza. Noches de llantos.
Ambos sentían un mismo agujero en el estómago.. Pero ningúno se atrevía a decir cuanto dolía esa herida. Por que ambos sabían que lo único que importaba era ese momento , juntos nuevamente contra el destino. Querías que él supiera que fue tu verdadero amor. Querías decirle que lo seguiría siendo para siempre. Y entonces llega la ilusión. Esta vez como un sueño, como un comienzo, como una oportunidad para los dos cuando de sus labios y de los tuyos al mismo tiempo salen las palabras.
— Te sigo amando...
Años dándote golpes de pecho, sufriendo por no haberlo soltado, sintiéndo como te quemaba por qué se había quedado atrapado en tú pecho, años intacto, encarcelado en tú cuerpo, emanando constantemente, recordándote que no fue pronunciado, a pesar de que tenías la certeza de que él en la distancia te estaba escuchando.
Hacer el amor es un rencuentro de esas almas desesperadas que se buscan. Hacer el amor con la persona indicada es el acto más perfecto de la existencia.
Esta vez el adiós fue más doloroso que el anterior, Dudas y te preguntas si podrás seguir adelante. Quieres sentirte culpable, merecedora del dolor por haber disfrutado entre sus brazos, por haber descubierto y sentido el amor. Su ausencia ahora es una heridas abierta que puede cicatrizar. Pasa una semana, dos y después se hace meses y te das cuenta que tú vida ha transcurrido con normalidad. Vuelves a sonreír, ya te has acostumbrado a vivir con el dolor que te dejo su partida, y sus palabras. Un día te levantas y vuelve a suceder. Pero algo es diferente. No es casualidad. No es en la estación de trenes, está vez es en tu puerta, de pie y con una maleta.
–Estoy cansado de esto –te dice con un gesto de desesperación –. Estoy cansado de vivir así. No quiero más. Hace una semana hablé con Susana, finalmente tuve el valor de decirle lo que sentía.
– ¿Qué hablaste con ella? Empiezas a sentirte ilusionada y asustada.
–Todo. —Dice y tú cabeza empieza a procesar lo que esa simple palabra puede significar.
— ¿Qué has hecho? Niegas con tu cabeza.
–Toda la consideración que pude haber tenido hacia ella, toda la culpa que albergaba… Preguntas que hecho, pues le conté lo nuestro: porque no quería más mentiras, y me estaba dando cuenta de que nuestro matrimonio era una mentira de ambos lados. Ya no sentía que le debía nada porque los dos sacamos de esa relación lo que nos convenía. Para ella era una obsesión que le permitía vivir como quería, pues el arreglo había terminado. Donde ya no hay deber, no hay deuda.
— ¿Por que? — Te escuchas preguntar, molesta por todo el daño que han hecho, Piensas en Susana, y crees que ella lo merece, su amor incluso más que tú. Estás convencida que ella merece la felicidad y tú no.
–No, Terry... Empiezas a negar pero él te impide continuar. Por el tono con el que pronuncias su nombre el sabe lo que vendría.
–No, no lo hice por ti. Fue por mí, pero fue un proceso llegar aquí, llegar a ti sin la necesidad compulsiva de amarte, sin parecer un sediento que busca calmar su ansiedad. Estar contigo más allá de una necesidad. Me fui al apartamento de mis primeros años de actor. ¿te acuerdas de ese lugar? Nunca lo vendí. En todos estos años ha sido un refugio para mí, donde voy a leer, a practicar, y por qué queria estar solo cuando estaba agobiado. Iba para pensar, para tomar fuerzas solo pensaba en ti. No entiendes que muero lentamente sin ti. Aquí estoy dispuesto a enfrentar todo por este amor. — Te da su mano y la miras con miedo, con culpa. Sabes el daño que ambos llegaron a sentir separados. Te preguntas el daño que harán juntos. Eres capaz de afrontarlo por estar a su lado. Tomas su mano porque sabes que después de todo lo sigues amando...
Fin.
Hola. Muchas gracias por darme la oportunidad de tener un espacio Bandoleras, con este minific. Como bien saben aquí estamos para divertirse respetuosamente. Así pues diviértanse bailando en Fiesta Florida 22. De aquí en adelante me pasó con Las estrellas de Broadway, Si hay quienes están leyendo la historia CURITAS para un corazón roto, espero que les guste.
Un abrazo. Gracias Letty, Rossy por la invitación y por tomarme en cuenta en las publicaciones. Muchas gracias
Última edición por Jill Valentine el Vie Abr 01, 2022 6:13 pm, editado 1 vez