"Sueño de Ballet"
Capítulo 4
-Señorita White, soy Samantha Miller, maestra de danza de ballet clásico -dijo la mujer presentándose y extendiendo su mano a Candy.
-¡Mucho gusto Samantha!....¡solo llamame Candy por favor! -le dijo la rubia sonriendo y estrechando su mano.
-Muy bien Candy, puedes sentarte,...¡veo que has tomado clases de ballet anteriormente! -le dijo Samantha bajando su vista a unos papeles que traía ella en las manos.
-Así es, tomé clases desde los cinco años hasta los 15 años, tengo algo de conocimiento del ballet clásico, por lo menos de los pasos básicos, -respondió Candy
-Muy bien Candy, ahora te haré una prueba para ver en qué nivel estás, ¡pero primero tienes que cambiarte, ven sígueme! -dijo Samantha dirigiéndose a una puerta.
Al entrar, era una habitación bastante grande donde estaban colgados organizadamente por talla, los tradicionales tutus de color rosa pálido, al fondo unos estantes llenos de zapatillas de ballet del mismo color guardadas en sus cajas originales.
-Aquí tienes Candy, creo que la talla pequeña te quedará bien, -dijo Samantha entregando la vestimenta que constaba de un leotardo, falda de chifón, medias, y zapatillas, luego le dijo.
-Los uniformes de ballet, ya están incluidos con el primer pago de las clases, así que ya no tienes que preocuparte por comprarlos en otro lugar, y en este bolso tienes dos uniformes extras y sus accesorios, también puedes elegir dos pares de zapatillas de los estantes y en cuanto estés lista puedes salir para proceder con la prueba.
-Si, gracias -dijo la rubia con verdadera alegría
Después de unos minutos, Candy salió de la habitación ya cambiada con las vestimentas, se había recogido el cabello en un chongo para más comodidad.
-¡Estoy lista Miss Miller!
-Muy bien, ahora toma posición y cuando oigas el sonido de la melodía puedes empezar -dijo Samantha quien estaba sentada en un escritorio
Candy empezó a tomar posición, primero colocó los talones de sus pies juntos, un pie adelante del otro a modo que las puntas de los dedos de sus pies quedaran giradas hacia afuera, su brazo izquierdo sobre la cintura y el derecho extendidos hacia arriba. Después de unos segundos, empezó a sonar una melodía de piano, Candy respiró profundo y empezó a separar las piernas, y al mismo tiempo movió
delicadamente los brazos lentamente y empezó a danzar, mientras tanto, Samantha la observaba y escribía en su ordenador, después de varios minutos, Samantha bajó el volumen de la melodía y le dijo.
-¡Es todo Candy!, como verás, la experiencia que tienes con los pasos básicos de la danza clásica, se te han hecho un poco más fácil de realizarlos, y realmente no son complicados, más sin embargo para ser una experta en la danza de el ballet se requiere una disciplina bastante
rígida, en la que cada paso tiene que realizarse cuidadosamente para mantener la posición perfecta, que solo se puede lograr practicando constantemente.
Candy tomaba nota mentalmente y escuchaba atentamente lo que Samantha le decía, luego Samantha agregó.
-¡Bien Candy, lo hiciste muy bien! tienes mucho talento, pero habrá que pulir un poco más esos pasos y agilidad, por eso estarás en mi clase de nivel intermedio, que significa clases destinadas a bailarines con conocimiento medios-altos en ballet clásico, y que tiene como finalidad principal utilizar la técnica de danza con la seguridad, flexibilidad, receptiva y productivamente, tanto en la barra como en el centro y las diagonales, aprenderás a desarrollarlos aún más como otras técnicas… ¡Bien! Las clases serán de lunes a viernes de diez de la mañana al mediodía.
-¡Entendido muchas gracias Miss Miller! Hasta el lunes entonces -dijo Candy felizmente despidiéndose de Samantha.
Ya era el mediodía cuando Candy y Paulina llegaron a casa, Tom las esperaba con una pequeña sorpresa.
-¡Bienvenidas, bellas damas!, Me imagino que han de tener hambre -dijo él al verlas entrar a casa cuando terminaba de colocar el último plato de comida sobre la mesa.
-¡Wow Tom, pero qué bonita sorpresa! Y la verdad es que sí tengo mucha hambre -dijo Candy sobándose el estómago y saboreando el olor que la comida despedía. –¿mmm pero será seguro consumirla? -cuestionó Candy colocando una de sus manos sobre su barbilla para molestar a Tom
-¡Por supuesto que es comible ricitos de oro! te apuesto a que sé cocinar más que tú
-¿Ah sí? ¡pues eso lo veremos señor sabelotodo! -respondió Candy defensivamente colocando sus manos sobre su cintura.
-¡Basta ya chicos! Tom gracias por preparar la comida hijo, todo se vé delicioso -mencionó Paulina
Ya sentados todos a la mesa, mientras comían Candy les relataba cómo le había ido en la prueba de ballet.
-Y ¿cómo te sentiste al danzar nuevamente? -le preguntó Tom
-¡Al principio estaba muy nerviosa! -respondió Candy -por un momento pensé que mis pies no iban a responder, ¡es que no es lo mismo cuando danzas junto a un grupo de bailarines, a qué tener que bailar sola y que te estén observando! Pero me concentré en la melodía y me dejé llevar, además Miss Miller me inspiró mucha confianza.
-¡Y el resultado fué excelente mira, pasaste la prueba cariño! -dijo Paulina sonriéndole y dándole un suave apretón de mano a Candy.
El resto de la tarde, Candy se dedicó a seguir practicando los pasos en su habitación, mientras que Paulina y Tom se dedicaron a atender a la clientela.
Al día siguiente que era Domingo, Candy acompañó a su nana Paulina y a Tom, a comprar los productos que usarían para la semana tanto como de la casa como para el negocio, ya en casa acomodaron todo en la alacena, y como era de costumbre, después de dejar todo preparado para el siguiente dia, los domingos en la tarde eran para compartir juntos ya sea jugando algún juego de mesa, ver una película o simplemente conversar.
-Candy, por cierto desde mañana seré yo quien te lleve y pase por ti a la Academia, -dijo Tom llevándose unas palomitas de maíz a la boca.
-¡Pero Tom no te moleste! no quiero atrasarte con el trabajo, no te preocupes tomaré un taxi -dijo Candy
-¡No señorita! yo no voy a permitir que andes en taxi, no es que quiera ser controlador contigo, pero no quiero que nada malo te pase y no es ninguna molestia, mi tia y yo estamos de acuerdo ¿no es así tía?, -a lo que Paulina asintió con la cabeza
Y entre conversaciones llegó la hora de descansar, Tom se despidió y Candy y Paulina se retiraron a sus respectivas habitaciones.
Continuará…..
***Gracias por leer
"Sueño de Ballet"
Capítulo 4
-Señorita White, soy Samantha Miller, maestra de danza de ballet clásico -dijo la mujer presentándose y extendiendo su mano a Candy.
-¡Mucho gusto Samantha!....¡solo llamame Candy por favor! -le dijo la rubia sonriendo y estrechando su mano.
-Muy bien Candy, puedes sentarte,...¡veo que has tomado clases de ballet anteriormente! -le dijo Samantha bajando su vista a unos papeles que traía ella en las manos.
-Así es, tomé clases desde los cinco años hasta los 15 años, tengo algo de conocimiento del ballet clásico, por lo menos de los pasos básicos, -respondió Candy
-Muy bien Candy, ahora te haré una prueba para ver en qué nivel estás, ¡pero primero tienes que cambiarte, ven sígueme! -dijo Samantha dirigiéndose a una puerta.
Al entrar, era una habitación bastante grande donde estaban colgados organizadamente por talla, los tradicionales tutus de color rosa pálido, al fondo unos estantes llenos de zapatillas de ballet del mismo color guardadas en sus cajas originales.
-Aquí tienes Candy, creo que la talla pequeña te quedará bien, -dijo Samantha entregando la vestimenta que constaba de un leotardo, falda de chifón, medias, y zapatillas, luego le dijo.
-Los uniformes de ballet, ya están incluidos con el primer pago de las clases, así que ya no tienes que preocuparte por comprarlos en otro lugar, y en este bolso tienes dos uniformes extras y sus accesorios, también puedes elegir dos pares de zapatillas de los estantes y en cuanto estés lista puedes salir para proceder con la prueba.
-Si, gracias -dijo la rubia con verdadera alegría
Después de unos minutos, Candy salió de la habitación ya cambiada con las vestimentas, se había recogido el cabello en un chongo para más comodidad.
-¡Estoy lista Miss Miller!
-Muy bien, ahora toma posición y cuando oigas el sonido de la melodía puedes empezar -dijo Samantha quien estaba sentada en un escritorio
Candy empezó a tomar posición, primero colocó los talones de sus pies juntos, un pie adelante del otro a modo que las puntas de los dedos de sus pies quedaran giradas hacia afuera, su brazo izquierdo sobre la cintura y el derecho extendidos hacia arriba. Después de unos segundos, empezó a sonar una melodía de piano, Candy respiró profundo y empezó a separar las piernas, y al mismo tiempo movió
delicadamente los brazos lentamente y empezó a danzar, mientras tanto, Samantha la observaba y escribía en su ordenador, después de varios minutos, Samantha bajó el volumen de la melodía y le dijo.
-¡Es todo Candy!, como verás, la experiencia que tienes con los pasos básicos de la danza clásica, se te han hecho un poco más fácil de realizarlos, y realmente no son complicados, más sin embargo para ser una experta en la danza de el ballet se requiere una disciplina bastante
rígida, en la que cada paso tiene que realizarse cuidadosamente para mantener la posición perfecta, que solo se puede lograr practicando constantemente.
Candy tomaba nota mentalmente y escuchaba atentamente lo que Samantha le decía, luego Samantha agregó.
-¡Bien Candy, lo hiciste muy bien! tienes mucho talento, pero habrá que pulir un poco más esos pasos y agilidad, por eso estarás en mi clase de nivel intermedio, que significa clases destinadas a bailarines con conocimiento medios-altos en ballet clásico, y que tiene como finalidad principal utilizar la técnica de danza con la seguridad, flexibilidad, receptiva y productivamente, tanto en la barra como en el centro y las diagonales, aprenderás a desarrollarlos aún más como otras técnicas… ¡Bien! Las clases serán de lunes a viernes de diez de la mañana al mediodía.
-¡Entendido muchas gracias Miss Miller! Hasta el lunes entonces -dijo Candy felizmente despidiéndose de Samantha.
Ya era el mediodía cuando Candy y Paulina llegaron a casa, Tom las esperaba con una pequeña sorpresa.
-¡Bienvenidas, bellas damas!, Me imagino que han de tener hambre -dijo él al verlas entrar a casa cuando terminaba de colocar el último plato de comida sobre la mesa.
-¡Wow Tom, pero qué bonita sorpresa! Y la verdad es que sí tengo mucha hambre -dijo Candy sobándose el estómago y saboreando el olor que la comida despedía. –¿mmm pero será seguro consumirla? -cuestionó Candy colocando una de sus manos sobre su barbilla para molestar a Tom
-¡Por supuesto que es comible ricitos de oro! te apuesto a que sé cocinar más que tú
-¿Ah sí? ¡pues eso lo veremos señor sabelotodo! -respondió Candy defensivamente colocando sus manos sobre su cintura.
-¡Basta ya chicos! Tom gracias por preparar la comida hijo, todo se vé delicioso -mencionó Paulina
Ya sentados todos a la mesa, mientras comían Candy les relataba cómo le había ido en la prueba de ballet.
-Y ¿cómo te sentiste al danzar nuevamente? -le preguntó Tom
-¡Al principio estaba muy nerviosa! -respondió Candy -por un momento pensé que mis pies no iban a responder, ¡es que no es lo mismo cuando danzas junto a un grupo de bailarines, a qué tener que bailar sola y que te estén observando! Pero me concentré en la melodía y me dejé llevar, además Miss Miller me inspiró mucha confianza.
-¡Y el resultado fué excelente mira, pasaste la prueba cariño! -dijo Paulina sonriéndole y dándole un suave apretón de mano a Candy.
El resto de la tarde, Candy se dedicó a seguir practicando los pasos en su habitación, mientras que Paulina y Tom se dedicaron a atender a la clientela.
Al día siguiente que era Domingo, Candy acompañó a su nana Paulina y a Tom, a comprar los productos que usarían para la semana tanto como de la casa como para el negocio, ya en casa acomodaron todo en la alacena, y como era de costumbre, después de dejar todo preparado para el siguiente dia, los domingos en la tarde eran para compartir juntos ya sea jugando algún juego de mesa, ver una película o simplemente conversar.
-Candy, por cierto desde mañana seré yo quien te lleve y pase por ti a la Academia, -dijo Tom llevándose unas palomitas de maíz a la boca.
-¡Pero Tom no te moleste! no quiero atrasarte con el trabajo, no te preocupes tomaré un taxi -dijo Candy
-¡No señorita! yo no voy a permitir que andes en taxi, no es que quiera ser controlador contigo, pero no quiero que nada malo te pase y no es ninguna molestia, mi tia y yo estamos de acuerdo ¿no es así tía?, -a lo que Paulina asintió con la cabeza
Y entre conversaciones llegó la hora de descansar, Tom se despidió y Candy y Paulina se retiraron a sus respectivas habitaciones.
Continuará…..
***Gracias por leer