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UN AMOR INESPERADO
CAPÍTULO 3
POV TERRY
POV TERRY
Ya han pasado diez días del crucero, estos días han sido una tortura para mí, ella pone muchos obstáculos en mis intentos de deleitarme con este dulce regalo que me dio el destino.
La primera noche que pasamos juntos en la misma cama fue una tortura, al comienzo ella puso problemas, pero luego accedió a que durmiéramos juntos porque entendió que era la única forma de hacerlo ya que el sofá que había era muy pequeño y ninguno de los dos íbamos a estar cómodos.
Flashback
Me encontraba intranquilo, si solo verla ese día me provocó tantas sensaciones en mi cuerpo, no quiero imaginarme lo que va a pasarle a mi cuerpo en el momento en que estemos compartiendo la misma cama, cuando la veo salir del baño con su pijama quedo en shock, ¡por Dios!, pero que pijama, ese pedazo de tela marca su silueta y además no deja nada a la imaginación, sus senos son tan perfectos, con solo verlos sé que son del tamaño justo para mis manos, ya deseo sentir sus pezones en mi boca, ya siento que mi amiguito está reaccionando, me pongo una almohada encima de mis piernas para que disimule lo evidente.
Ella mi observa con timidez y pienso que hay algo de inocencia en su mirada, es como si temiera compartir la cama, pero eso no puede ser posible, porque se iba a casar. Se recuesta en la cama y de inmediato se cubre con su manta.
—Lo siento —me dice.
—¿Por qué? —le cuestiono.
—Sé que es una pijama poco apropiada para modelar en frente de un desconocido, pero la verdad nunca me imaginé que iba a tener que compartir contigo esta habitación.
—No te preocupes —le dijo con una sonrisa— te vi, pero no te miré.
Ella me sonríe, dando a entender que no me cree en absoluto. Prácticamente no dormí en toda la noche, creo que ella tampoco lo logró, pero lo supo disimular.
Fin del flashback.
Los demás días fueron mejorando, ella me ha estado permitiendo más acercamientos, pero en el momento en que sospecha que mis intenciones no son de un amigo pone distancia, hemos estado visitando cada una de las ciudades en las que nuestro crucero ha llegado a puerto, siendo sincero a pesar que no he podido tener grandes avances con ella, siento que no me es tan indiferente, hemos disfrutado de todos los lugares.
Hace unos días la vi observándome, ella creo que no me he dado cuenta, es por eso que esta noche le tengo preparada una sorpresa y tal vez logre más avances. Hablé con el capitán para que me organice una cena romántica, le hice creer que esa cita hacía parte de lo que había organizado para nosotros Albert, la convencí de asistir.
La primera noche que pasamos juntos en la misma cama fue una tortura, al comienzo ella puso problemas, pero luego accedió a que durmiéramos juntos porque entendió que era la única forma de hacerlo ya que el sofá que había era muy pequeño y ninguno de los dos íbamos a estar cómodos.
Flashback
Me encontraba intranquilo, si solo verla ese día me provocó tantas sensaciones en mi cuerpo, no quiero imaginarme lo que va a pasarle a mi cuerpo en el momento en que estemos compartiendo la misma cama, cuando la veo salir del baño con su pijama quedo en shock, ¡por Dios!, pero que pijama, ese pedazo de tela marca su silueta y además no deja nada a la imaginación, sus senos son tan perfectos, con solo verlos sé que son del tamaño justo para mis manos, ya deseo sentir sus pezones en mi boca, ya siento que mi amiguito está reaccionando, me pongo una almohada encima de mis piernas para que disimule lo evidente.
Ella mi observa con timidez y pienso que hay algo de inocencia en su mirada, es como si temiera compartir la cama, pero eso no puede ser posible, porque se iba a casar. Se recuesta en la cama y de inmediato se cubre con su manta.
—Lo siento —me dice.
—¿Por qué? —le cuestiono.
—Sé que es una pijama poco apropiada para modelar en frente de un desconocido, pero la verdad nunca me imaginé que iba a tener que compartir contigo esta habitación.
—No te preocupes —le dijo con una sonrisa— te vi, pero no te miré.
Ella me sonríe, dando a entender que no me cree en absoluto. Prácticamente no dormí en toda la noche, creo que ella tampoco lo logró, pero lo supo disimular.
Fin del flashback.
Los demás días fueron mejorando, ella me ha estado permitiendo más acercamientos, pero en el momento en que sospecha que mis intenciones no son de un amigo pone distancia, hemos estado visitando cada una de las ciudades en las que nuestro crucero ha llegado a puerto, siendo sincero a pesar que no he podido tener grandes avances con ella, siento que no me es tan indiferente, hemos disfrutado de todos los lugares.
Hace unos días la vi observándome, ella creo que no me he dado cuenta, es por eso que esta noche le tengo preparada una sorpresa y tal vez logre más avances. Hablé con el capitán para que me organice una cena romántica, le hice creer que esa cita hacía parte de lo que había organizado para nosotros Albert, la convencí de asistir.
POV CANDY
Me miro en el espejo y me gusta como me veo, estoy nerviosa, he estado así desde que lo conocí, dormir con él ha sido una completa locura, estar visitando todos los lugares que nos ofrece el crucero ha sido de ensueño, todo él es emocionante, sé que le gusto y mucho, pero con lo que me hizo Neal, no me quiero arriesgar, aunque a veces siento que no lo voy a lograr.
Me vuelvo a mirar por última vez en el espejo y siento que estoy preparada para que pase lo que tenga que pasar, él cree que no sé que está dispuesto a dejarse llevar por sus instintos, no voy a luchar más en contra de lo que siente mi cuerpo, que sea solo una aventura que siempre recordaré, salgo y lo encuentro ya esperándome, lo observo y siento que ya me tiemblan las piernas, hoy se respira pasión y por lo que sospecho no vamos a alcanzar a probar la cena que nos han preparado.
Llegamos al sitio, es un lugar hermoso y su decoración es apropiada para una pareja que se supone se encuentra pasando su luna de miel, es bastante privada, acá podemos dejarnos ir por la pasión y nadie lo escucharía, me retira la silla para que me pueda acomodar en frente de la mesa donde veo una cena deliciosa.
—Si desean alguna otra atención, no duden en solicitarlo —nos dice el mesero, se va y cierra la puerta al salir para darnos más privacidad.
—Te ves hermosa —me dice Terry y mis mejillas se ruborizan como siempre cuando él me hace un halago.
—Muchas gracias —le respondo— la comida se ve muy deliciosa y debo confesar que me muero de hambre —le digo para cambiar un poco el tema, porque si continua así ya no podré contenerme.
Él me sonríe, y entonces empezamos a hablar de los lugares que hemos visitado durante estos días, entre charla y charla, él se ha dedicado a acariciar mis manos, queriendo insinuar que quiere subir el tono de sus caricias y desea explorar más partes de mi cuerpo.
Ya no resisto más y me levanto, en un comienzo creí que podría aprovechar el momento, pero me acobardo e intento salir del comedor, él me toma de un brazo y quedo sentada en sus piernas, lo miro a sus ojos y ahí sé que he cometido un error, ya no hay marcha atrás.
Sus labios tocan mi mejilla, deja un reguero de besos muy seductores hasta llegar a mi boca, me pierdo en el beso, jamás me habían besado de esa manera, llega a mi labio inferior, lo muerde y lo tira un poco , suena un gemido y no sé si fue mío o de él, el beso se intensifica muchos más.
—Tienes unas curvas deliciosas, desde que te vi con este vestido he deseado arrancártelo, te abriría tus muslos para poder ver que tan húmeda y lista te encuentras para mí —me lo dice a mi oído, como si este fuera nuestro secreto, me sube el vestido para poder introducir sus manos y poder jugar con mi sexo.
Siento que el oxígeno nos falta, me retiro un poco y veo sus ojos oscurecidos inyectados de pasión, su mano llega a mi sexo y se da cuenta de mi sorpresa, no llevo nada que lo cubra, me acaricia el clítoris suavemente, solo con el ritmo apropiado para enloquecerme, me encuentro muy acalorada, con su otra mano saca mi seno del vestido, me pellizca el pezón para luego tomarlo con su boca, lamerlo y volver a morderlo suavemente.
—Me quiero dar un festín con tu cuerpo hermoso — me dice y continua su labor con mi otro seno, me sonríe— hay que prestarles atención a ambos para que no se sientan celosos.
—Terry, por favor —le digo, pero realmente no sé qué quiero en realidad.
—¿Qué quieres? —me pregunta— porque yo quiero que te desmorones entre mis brazos una y mil veces más, quiero oírte gritar cuando te haga llegar al orgasmo, quiero ver cada gesto tuyo cuando entre en tu cuerpo y que te pierdas en mis ojos mientras lo hago.
—No sé qué quiero —le contesto— pero no pares por favor —le digo cuando introduce un dedo en mi vagina y con su pulgar trabaja sobre mi clítoris.
Él intensifica más sus embestidas con su dedo para luego introducir otro y siento que ya no puedo más, siento que estoy llegando, gimo cada vez más fuerte sin importarme que nos puedan escuchar.
—Gime, grita si quieres, no te reprimas, quiero que llegues y no dejes de mirarme —Y en el momento en el que me lo dice, llega a mí una oleada que jamás había sentido, quedo en shock por lo que siento, bajo mi mirada— no dejes de mirarme Candy, no lo hagas.
Aun estando en shock, él me levanta para luego hacerme sentar sobre él a horcajadas para que sienta su erección y nuevamente empiezo a sentir que el calor recorre mi cuerpo, le desabrocho el botón de su pantalón, le bajo la cremallera para tener mayor acceso a su pene, porque siento que debe estar en donde realmente pertenece, y es dentro de mí, necesito acogerlo, ¡necesito sentirlo dentro de mí!
—Has con él lo que tú quieras —Y no necesita decir más para sacarlo de su calzoncillo y observar lo bello, grande y grueso que es, por un momento dudo, pienso que no voy a poder con todo, pero ya no importa, mi lujuria me nubla y esos pensamientos desaparecen.
Me rozo con su pene en la entrada de mi vagina y Terry poco a poco va buscando la entrada, cuando esta todo dentro de mí, siento que estoy totalmente llena y es ahí cuando empieza la verdadera acción, sus embestidas son cada vez más fuerte.
—Estoy en mi hogar —me dice y su voz se encuentra agitada— es donde siempre debe permanecer, eres mía, eres mi mujer y nunca voy a dejarte ir de mi lado —Continua con sus embestidas, hasta que llegamos juntos al orgasmo.
Vamos a la habitación para continuar con nuestra noche de pasión, y es ahí cuando me propone matrimonio, me quedo en shock, le sonrío, pero no le respondo, cuando él se queda dormido, yo me despierto de mi letargo y entiendo por fin la propuesta que me acaba de hacer Terry, en ese momento empiezo a sentir miedo, temor al futuro, a no ser capaz de superar lo vivido con Neal y no poder ser la mujer correcta para Terry.
Me vuelvo a mirar por última vez en el espejo y siento que estoy preparada para que pase lo que tenga que pasar, él cree que no sé que está dispuesto a dejarse llevar por sus instintos, no voy a luchar más en contra de lo que siente mi cuerpo, que sea solo una aventura que siempre recordaré, salgo y lo encuentro ya esperándome, lo observo y siento que ya me tiemblan las piernas, hoy se respira pasión y por lo que sospecho no vamos a alcanzar a probar la cena que nos han preparado.
Llegamos al sitio, es un lugar hermoso y su decoración es apropiada para una pareja que se supone se encuentra pasando su luna de miel, es bastante privada, acá podemos dejarnos ir por la pasión y nadie lo escucharía, me retira la silla para que me pueda acomodar en frente de la mesa donde veo una cena deliciosa.
—Si desean alguna otra atención, no duden en solicitarlo —nos dice el mesero, se va y cierra la puerta al salir para darnos más privacidad.
—Te ves hermosa —me dice Terry y mis mejillas se ruborizan como siempre cuando él me hace un halago.
—Muchas gracias —le respondo— la comida se ve muy deliciosa y debo confesar que me muero de hambre —le digo para cambiar un poco el tema, porque si continua así ya no podré contenerme.
Él me sonríe, y entonces empezamos a hablar de los lugares que hemos visitado durante estos días, entre charla y charla, él se ha dedicado a acariciar mis manos, queriendo insinuar que quiere subir el tono de sus caricias y desea explorar más partes de mi cuerpo.
Ya no resisto más y me levanto, en un comienzo creí que podría aprovechar el momento, pero me acobardo e intento salir del comedor, él me toma de un brazo y quedo sentada en sus piernas, lo miro a sus ojos y ahí sé que he cometido un error, ya no hay marcha atrás.
Sus labios tocan mi mejilla, deja un reguero de besos muy seductores hasta llegar a mi boca, me pierdo en el beso, jamás me habían besado de esa manera, llega a mi labio inferior, lo muerde y lo tira un poco , suena un gemido y no sé si fue mío o de él, el beso se intensifica muchos más.
—Tienes unas curvas deliciosas, desde que te vi con este vestido he deseado arrancártelo, te abriría tus muslos para poder ver que tan húmeda y lista te encuentras para mí —me lo dice a mi oído, como si este fuera nuestro secreto, me sube el vestido para poder introducir sus manos y poder jugar con mi sexo.
Siento que el oxígeno nos falta, me retiro un poco y veo sus ojos oscurecidos inyectados de pasión, su mano llega a mi sexo y se da cuenta de mi sorpresa, no llevo nada que lo cubra, me acaricia el clítoris suavemente, solo con el ritmo apropiado para enloquecerme, me encuentro muy acalorada, con su otra mano saca mi seno del vestido, me pellizca el pezón para luego tomarlo con su boca, lamerlo y volver a morderlo suavemente.
—Me quiero dar un festín con tu cuerpo hermoso — me dice y continua su labor con mi otro seno, me sonríe— hay que prestarles atención a ambos para que no se sientan celosos.
—Terry, por favor —le digo, pero realmente no sé qué quiero en realidad.
—¿Qué quieres? —me pregunta— porque yo quiero que te desmorones entre mis brazos una y mil veces más, quiero oírte gritar cuando te haga llegar al orgasmo, quiero ver cada gesto tuyo cuando entre en tu cuerpo y que te pierdas en mis ojos mientras lo hago.
—No sé qué quiero —le contesto— pero no pares por favor —le digo cuando introduce un dedo en mi vagina y con su pulgar trabaja sobre mi clítoris.
Él intensifica más sus embestidas con su dedo para luego introducir otro y siento que ya no puedo más, siento que estoy llegando, gimo cada vez más fuerte sin importarme que nos puedan escuchar.
—Gime, grita si quieres, no te reprimas, quiero que llegues y no dejes de mirarme —Y en el momento en el que me lo dice, llega a mí una oleada que jamás había sentido, quedo en shock por lo que siento, bajo mi mirada— no dejes de mirarme Candy, no lo hagas.
Aun estando en shock, él me levanta para luego hacerme sentar sobre él a horcajadas para que sienta su erección y nuevamente empiezo a sentir que el calor recorre mi cuerpo, le desabrocho el botón de su pantalón, le bajo la cremallera para tener mayor acceso a su pene, porque siento que debe estar en donde realmente pertenece, y es dentro de mí, necesito acogerlo, ¡necesito sentirlo dentro de mí!
—Has con él lo que tú quieras —Y no necesita decir más para sacarlo de su calzoncillo y observar lo bello, grande y grueso que es, por un momento dudo, pienso que no voy a poder con todo, pero ya no importa, mi lujuria me nubla y esos pensamientos desaparecen.
Me rozo con su pene en la entrada de mi vagina y Terry poco a poco va buscando la entrada, cuando esta todo dentro de mí, siento que estoy totalmente llena y es ahí cuando empieza la verdadera acción, sus embestidas son cada vez más fuerte.
—Estoy en mi hogar —me dice y su voz se encuentra agitada— es donde siempre debe permanecer, eres mía, eres mi mujer y nunca voy a dejarte ir de mi lado —Continua con sus embestidas, hasta que llegamos juntos al orgasmo.
Vamos a la habitación para continuar con nuestra noche de pasión, y es ahí cuando me propone matrimonio, me quedo en shock, le sonrío, pero no le respondo, cuando él se queda dormido, yo me despierto de mi letargo y entiendo por fin la propuesta que me acaba de hacer Terry, en ese momento empiezo a sentir miedo, temor al futuro, a no ser capaz de superar lo vivido con Neal y no poder ser la mujer correcta para Terry.
¡Qué calor! 
