CAPITULO III
¿QUIÉN SOY SIN TI?
EDICIÓN: BETTY GRAHAM
POV Candy
Siento una mano en mi hombro. Es Eleonor Baker.
- ¿Candy? - Me pregunta Eleonor y examina mi rostro, comprobando que soy yo.
La miro sorprendida, y al ver mi angustia, me ínsita en ir a ayudar a Terry.
Me acerco a Terry lentamente y me pongo en cuclillas para buscar su rostro, el cual lo tiene oculto entre su larga cabellera castaña.
-Terry- Le susurro despacio y con voz temblorosa.
- ¿Eres tú mi ángel?
- Si Terry, soy yo, Candy.
-¡No Candy!, ¡Tu no debes verme así!, ¡Aléjate de mí!, ¡No quiero que sufras por mí!
- ¡No me iré Terry!, ¡No me iré jamás!, ¿Me escuchas?, ¡Ya no más! -
Lentamente gira su cabeza e intenta incorporarse, pero un leve mareo, lo hace volver a desvanecerse.
El dueño del teatro, se acerca a nosotros, y nos pide muy molesto que abandonemos el lugar. Que está harto de ese actorcillo de quinta, que no le sirve de nada.
Lo miro indignada y estoy a punto de gritarle unas cuantas verdades en su cara, pero Eleonor me detiene y manda llamar a un sujeto, el cual es su chofer.
Con la ayuda del chofer de Eleonor, logramos sacar a Terry de ese deprimente lugar.
Una vez dentro del auto, nos dirigimos a el departamento de Terry.
Eleonor conoce bien el camino, porque desde hace apenas un día, el detective que contrató para buscar a Terry, lo había encontrado.
El trayecto fue muy corto. El departamento de Terry, esta a solo unas cuantas cuadras del teatro, si es que se le puede llamar así a ese lugar.
Al llegar a la puerta, Eleonor busca las llaves en el bolso del pantalón de Terry y abre, para entrar al departamento.
Al ingresar nos sorprendemos, al ver el desorden, en el que vive Terry.
Scott el chofer de Eleonor, ayuda a Terry y lo recuesta en su cama. Y lo ayuda a ponerse cómodo.
Mientras Scott se ocupa de Terry. Eleonor y yo, ponemos un poco de orden en el departamento.
Lanzo un fuerte suspiro al terminar y me desplomo en el sofá. Eleonor me mira tiernamente y se acerca a mí para decirme:
- ¡Candy cariño! Ve a tu hotel a descansar. Yo me quedaré aquí con Terry. Mañana decidiremos que hacer. Él no puede seguir viviendo, en estas condiciones.
- No Sra. Baker. Yo no quiero separarme de Terry, yo quiero cuidarlo.
- Pero Candy, tú también necesitas descansar y dime Eleonor, por favor.
- Me recostaré en el sillón. Yo quiero atender a Terry. Recuerde que soy enfermera, y será muy incómodo para usted, pasar la noche aquí. No hay otra cama disponible, para dormir. Yo ya estoy acostumbrada.
- ¡Claro que no Candy! No sería apropiado que, pases la noche tu sola aquí con Terry.
- No se preocupe, seño… perdón Eleonor, no pasará nada. Se darme a respetar. Además, no creo capaz a Terry de faltarme al respeto y menos en esas condiciones.
-Está bien Candy, iré a mi hotel a descansar un poco, para preparar todo. Y así mañana poder convencer a Terry de marcharnos de aquí.
No muy convencida Eleonor abandona el departamento. Enseguida voy a recostarme, a un lado de Terry. Él está profundamente dormido, así que no veo mal, en hacerme un espacio en su pequeña cama, solo sería un momento. Necesito estar cerca de él, y cerciorarme que se encuentra bien.
Al ver el rostro de Terry tan cerca. Acaricio su melena castaña y con mis manos trazo, en una caricia la forma de su cara ¡Dios, es tan bello! El tiempo lo ha hecho más irresistible. Luce aún más guapo, desde la última vez, que nos vimos, en aquellas escaleras, que fueron testigo de nuestra cruel separación.
Me recuesto un poco más. Y coloco mi cabeza sobre su pecho. Siento tan reconfortante, escuchar el latir de su corazón. Cierro mis ojos y lo abrazo fuerte.
Unas horas después, me remuevo de la cama al escuchar que dicen mi nombre. Abro los ojos y levanto mi rostro, es Terry quien me llama.
Me incorporo de golpe. Terry me mira con cara sorprendida.
- ¿Candy? - Me pregunta Terry
- Si, Terry soy yo ¿Cómo te sientes? ¿Estás bien? – Toco su frente y lo miro fijamente a los ojos. La oscuridad de la habitación, no permiten observarlo claramente.
- Pero, ¿Cómo es que estás aquí?, ¿No fue un sueño?, ¿Eres tú Candy?, ¡Mi ángel! ¡Estás aquí! – Terry grita extasiado.
Se pone de pie y me abraza fuertemente. Toma mi rostro entre sus manos y busca mis labios.
Siento como sus gruesos labios, acarician los míos, con un leve roce. De mi garganta sale un gemido y abro más mi boca. Eso incita a Terry, para profundizar el beso. Instintivamente, levanto mis brazos para rodear su cuello, el baja sus manos hacía mi cintura y me pega más a su cuerpo.
Mi cuerpo tiembla ante su cercanía, que me hace sentir una corriente electrizante en todo mi cuerpo. Se profundiza más en mi bajo vientre, cuando siento el roce de su excitación que se pega más a mi parte más íntima.
Lentamente me conduce hacia su cama y me recuesta delicadamente. Reparte tiernos besos, por todo mi rostro, y se detiene cuando llega a mi cuello, para susurrarme al oído lo mucho que me necesita.
- ¡Te necesito Candy!, ¡No me dejes!, ¿Quién soy sin ti? – Dice en un tono desesperado.
- ¡Terry! - Le digo cuando un momento de cordura llega a mi mente, -¡Tenemos que hablar!-
- Después Candy, yo te necesito, ¡Se mía! –
Delicadamente coloco mis dos manos sobre su pecho para separarlo. Veo en sus ojos arrepentimiento, y se levanta de golpe.
- ¡Perdóname Candy! No quise faltarte, es que he deseado tanto tenerte así. Desde aquel día en que nos separamos. Y ahora al tenerte tan cerca. No me pude resistir ¡Perdóname por favor! – Veo como sale bruscamente, de la habitación.
Me quedo un rato sola en la habitación de Terry. Estoy muy confundida y asustada. Yo también deseo ese contacto con Terry, pero el pudor puede más que mis deseos de mujer.
No puedo entregarme así a Terry, sin saber lo que pasa con nosotros. Luego de no vernos en todo este tiempo.
El recuerdo de Susana me llega de golpe, y cubro mi cara con mis manos, para soltarme a llorar.
Continuará......