Capitulo X
¿Quién soy sin ti?
Art. Betty Graham
POV Terry
Al día siguiente, por la mañana, abordamos un tren en primera clase, mi padre, Eleonor, Candy y yo, con rumbo a Chicago.
Antes de partir, Candy envió un telegrama a George, para que informara, a la familia Ardley, el propósito de nuestra visita.
- ¿Estás contenta pecosa? - Tomo la mano de Candy, estamos solos en el vagón de los alimentos. El duque y Eleonor ya se han retirado a descansar a sus respectivos camarotes.
Esos dos se traen algo, pero no mencionan nada. Me enteré por mi padre que la ducerda, había pasado a mejor vida, a causa de un infarto, hace unos cuantos meses atrás, y no dudo en que las intenciones de mi padre, sean reconquistar de nuevo a mi madre.
- ¡Si amor! Aunque estoy nerviosa, de ver a la tía Elroy. Nunca me ha aceptado en la familia. - Me contesta Candy mordiéndose los labios.
- Descuida amor, cuando la momia, te vea llegar acompañada del duque de Grandchester, y su hijo, te recibirá con la alfombra roja.
- ¡Terry! ¿Estás diciendo que la tía Elroy es una interesada? Y no seas grosero, al referirte a ella de ese modo. - Candy ocultó su sonrisa, para reprenderme.
- ¡Algo así! - Me encojo de hombros y le guiño un ojo.
- ¿Crees que el tío abuelo, haya aparecido? – Pregunta Candy cambiando el tema de repente.
- No lo sé, ya platicaremos con George sobre ese asunto, a nuestra llegada. Pero cambiemos de tema, y mejor dame un beso. – Me levanto un podo de mi asiento para acercar mi rostro a el de Candy.
- ¡Claro que no! Alguien podría vernos. -
-Pero si estamos solos. Además, somos una pareja enamorada, no tiene nada de malo, demostrarnos nuestro amor. - Le digo ya con mis labios muy pegados a los suyos.
-Si tiene algo de malo, porque estamos en un lugar público ¡Compórtate, Terry! – Candy me coloca una mano sobre mis labios, para detener el beso.
Mi pecosa es muy testaruda. Así que me levanto y voy hacia ella, para tomar su rostro con ambas manos y plantarle un beso, sin que se lo espere.
- ¡Terry! - Reniega mi pecosa, pero acepta mi beso.
-Me gustaría dormir contigo amor- Le digo tomando de nuevo mi lugar frente a ella y entrelazando mis dedos con los suyos.
-Sabes que no se puede amor, compartiré el camarote con tu madre.
-Eso no es justo, Eleonor lo hizo a propósito. Pero ya me las arreglaré, para poder quedarnos a solas, y no podrás escapar de mi pecosa. – Le reclamo a mi pecosa, besando su mano y lanzándole una mirada picara.
- ¡Terry tienes que comportarte! Recuerda que tu padre viaja con nosotros.
- Y eso que ¿Crees que no me he dado cuenta, las miradas que le lanza a Eleonor? Tendré que hablar muy seriamente con mi madre.
- Amor, tu madre también tiene derecho a ser feliz. Tu padre ya es una persona libre. No tendría nada de malo, que intentara reconquistar a Eleonor. Nunca es tarde para el amor.
- Mejor dejemos ese tema, pecosa, y vayamos a descansar. La falta de sueño te está haciendo desvariar. –
- ¡Terry! – Me reclama Candy, cruzándose de brazos.
Tomo su mano para levantarnos y retirarnos a descansar. El tren llegaría al día siguiente, por la mañana.
A la mañana siguiente, al bajar del tren, George ya nos espera, junto con el elegante. Frunzo mi entrecejo, no esperaba ver a Archie aquí.
Mi padre y Eleonor suben a un auto, que ya esperaba a mi padre. Supongo que el duque antes de partir giró instrucciones, para que parte de su escolta personal, estuviera al tanto de su llegada. Las presentaciones y saludos, las haría después, al llegar a la mansión Ardley.
- ¡Hola George! - Candy le sonríe y lo saluda de mano.
Cuando Candy, se da cuenta de la presencia de Archie, se acerca a él, para darle un abrazo. No me gustan para nada esas muestras de afecto, con ¡Su primito! Ya me escuchará mi pecosa cuando estemos a solas.
- ¡Hola Grandchester! - Me saluda el elegante de mala gana, con Candy aún colgada de su brazo, -Hola elegan… Archie corrijo y aprieto apropósito muy fuerte su mano.
- ¡Bienvenido Señor Grandchester! - Me saluda George ofreciéndome su mano, cortésmente y al instante correspondo el saludo.
- ¿Por qué no vino Annie contigo? - Mi pecosa le pregunta a el elegante.
- Mas tarde podrás verla en casa, gatita. La tía abuela hará una cena en casa, aprovechando la llegada de ustedes y por fin nos presentará a el tío abuelo-
¡Gatita! Ese elegante, estaba acabando con mi paciencia. Aprieto fuerte mis puños, reprimiendo las ganas de partirle la cara a ese elegante.
Sin decir nada tomo de la mano a Candy y le ayudo a subir al auto, para acomodarme a su lado, alejándola bruscamente de ese ¡Gatito!
Ya en el auto, Candy empieza a cuestionar a George y Archie, con miles de preguntas, una tras otra, sobre el tío abuelo. Mi pecosa, está muy emocionada de que, al fin podrá conocer a el tío abuelo.
-Tranquila pecosa, dejemos que el Señor Ardley nos cuente, el porqué de su ausencia, durante todo este tiempo. -Tomo la mano de mi pecosa y la llevo a mis labios para besarla. Archie me mira de manera retadora, a través del espejo retrovisor, pero no me importa, que se entere de una vez, que Candy es mía y de nadie más.
Cuando llegamos a la mansión Ardley, el duque y mi madre, ya nos esperan fuera de su auto, para poder entrar todos juntos.
Nos recibe parte del personal de la mansión y nos dan la bienvenida. Y así mismo nos informan la hora de la cena que se dará, en honor a la presentación del patriarca de los Ardley.
Dorothy se presenta ante nosotros, y se pone a nuestras órdenes, y se acerca a Candy, para susurrarle al oído muy emocionada, que ya tiene listo su atuendo para la cena.
Candy se alegra de ver a Dorothy y la abraza cariñosamente.
Ambas suben las escaleras e invitan a Eleonor, para acompañarlas a la habitación de Candy, curiosas y emocionadas, por ver el atuendo.
Mi padre y yo nos quedamos solos, sintiéndonos abandonos. Un mayordomo se acerca a nosotros, para acompañarnos a nuestras respectivas habitaciones.
Me quedo atónito ¿Cómo es que esa pecosa se atrevió a abandonarme?
-Mujeres tenían que ser- Comenta mi padre caminando al lado mío y palmeando mi espalda suavemente, en señal de apoyo.
Sonrío y subimos las escaleras, rumbo a nuestras habitaciones, para ir a tomar un descanso y estar listos, más tarde para la cena.
Continuará......
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