Unos minutos después escucho sonar una melodía. Salgo de la habitación de Terry, para buscar de dónde proviene ese melancólico sonido.
Sentado en un piano, se encuentra Terry, tocando. Puedo sentir todo lo que transmite en esa melodía, dolor, tristeza, soledad, rechazo, anhelo, cariño, amor, ¡Dios! Terry está sufriendo tanto o más que yo.
Me apresuro en llegar a él y lo rodeo por detrás, colocando mis manos en su pecho. Siento como su corazón, late desesperadamente. El deja de tocar y me acaricia las manos con las suyas. Se gira, para tomarme de la cintura y sentarme sobre sus piernas.
Intento levantarme, pero él me aprisiona fuerte para que no huya.
- ¡Candy!, ¡Te amo!, ¡No me abandones!, - Suplica repartiendo delicados besos por todo mi rostro.
En sus ojos veo, desesperación y siento como mi corazón se estruja, ante su suplica. Subo mis brazos para rodear su cuello y recuesto mi cabeza en su hombro. Realmente no deseo separarme de él, hemos sufrido tanto, al estar separados, que decido luchar por lo nuestro.
- ¡También te amo Terry! Y no quiero separarme nunca más de ti- Le digo levantando mi rostro para mirarlo a los ojos. El busca mis labios para besarlos. Es un beso desesperado, expresando en él nuestras ansías y deseos reprimidos.
Al terminar el beso, nos levantamos tomados de la mano, para acomodarnos en el sillón. Una vez sentados, uno al lado del otro, nuestras miradas se cruzan, expresando en ellas, la esperanza de un nuevo mañana juntos. Terry se recuesta para acomodar su cabeza en mi regazo y acaricio delicadamente su bella melena castaña. Me inclino, para dejarle un beso en la frente, y le susurro al oído:
-Descansa amor, aquí estaré contigo- Echo mi cabeza hacía atrás para recostarme y cerrar mis ojos.
- ¡Gracias pecosa! Prometo luchar por lo nuestro. Estando juntos lo lograremos ¡Te amo! –Me dice sonriendo con los ojos cerrados.
Unos minutos después nos quedamos dormidos. El contacto de nuestros cuerpos, nos hizo caer en un agradable, estado de relajación.
Al amanecer, unos golpes insistentes en la puerta nos traen de vuelta a la realidad.
- ¡Candy! soy yo Eleonor, abre por favor- Se escucha como Eleonor, grita detrás de la puerta.
Terry se incorpora, para dejarme levantar y pueda ir a abrir la puerta.
Eleonor nos mira sorprendida a ambos, cuando Terry se acerca, para colocar sus manos en mi cintura y abrazarme por detrás.
Me sonrojo al ver el atrevimiento de Terry, no esperaba ese contacto enfrente de Eleonor.
- ¡Terry! - Lo reprendo y alejo un poco, quitando sus manos de mi cintura.
- ¡Oh vamos pecosa! Con mi madre no tenemos que fingir. Que se entere de una vez que nos amamos y que no voy a dejarte ir nunca más.
- ¿Es verdad eso Candy? ¿Te quedarás al lado de Terry? - Pregunta Eleonor bastante emocionada.
- Si Eleonor, quiero estar al lado de Terry, no deseo separarme de él nunca más. - Digo con mi cara sonrojada, pero con mi corazón acelerado. Expresar mis sentimientos por Terry, me hace sentir extasiada de felicidad.
- ¡Así es madre! Candy se quedará conmigo y yo empezaré de nuevo. Volveré a ser el primer actor de Broadway. Buscaré a Robert, para pedirle otra oportunidad de trabajo. No deseo regresar más a ese deprimente teatro. Tengo que salir adelante. ¡Lo haré por ustedes! Para que puedan sentirse orgullosas de mí. No quiero ser una carga y verlas sufrir por mí.
- ¡Cariño!, Tu nunca serás una carga para mí, yo siempre estaré aquí para apoyarte en las buenas y malas. Eres mi hijo y te quiero tal cual eres.
Eleonor besa la mejía de Terry y lo abraza fuertemente. Las lágrimas de Eleonor corren por su mejías, al igual que las mías. Saber que Terry quiere levantarse de nuevo, me hace sentir muy orgullosa de él.
- ¡Ya basta madre! - Dice Terry dándose la vuelta, para que no nos demos cuenta, que él también ha derramado unas cuántas lágrimas.
Eleonor y yo nos miramos y sonreímos con complicidad.
- ¡Terry! Puedes quedarte en mi casa, en lo que resuelves tu situación. – Le dice Eleonor, con ojos suplicantes.
- ¡Gracias madre! Aceptaré tu invitación. Pero solo será en un corto tiempo, en lo que me recupero económicamente.
- ¿Y tú Candy, te quedarás en New York? - Me pregunta Eleonor.
- ¡Claro que se quedará! - Se adelanta Terry a contestar, tomando mi mano fuertemente.
- Si Eleonor, pero primero, tengo que ir a Chicago a presentar mi renuncia con el Dr. Martín. El solo me dio dos semanas de permiso, para ausentarme en la clínica, donde trabajo. Se preocupará si no me presento en ese tiempo.
- ¡Yo iré contigo pecosa! ¡No pienso dejarte sola! ¡Y menos separarme de ti!
- ¡Pero Terry! Tú tienes que quedarte para hablar con Robert, recuerda que tienes que luchar por volver a ganarte su confianza.
- Lo haré cuando te traiga de vuelta conmigo- Repone Terry muy convencido.
- No Terry, yo iré sola, prometo regresar pronto- Le insisto, en realidad si deseaba que me acompañara, pero no quería que pospusiera sus compromisos. Lo de reivindicarse en el teatro, era de suma importancia, para su estabilidad emocional, y yo no quería, verlo caer de nuevo, al no lograr ser aceptado por Robert.
- ¡He dicho que yo iré contigo y no insistas pecosa! Además, el Dr. Martín te dio dos semanas ¿No?
- Si, pero-
- Pero nada. Entonces, te quedarás conmigo y durante esas dos semanas, yo puedo ir a hablar con Robert, y después yo te acompañaré a Chicago. Y no se hable más del asunto pecosa.
- ¡Esta bien, Terry! - Le contesto dándome por vencida. Y sintiéndome feliz, pues yo tampoco deseo, separarme de él.
Una vez después de haber terminado de empacar las pertenencias de Terry, para abandonar el departamento. Terry se dirige con el encargado del alquiler, para liquidar los adeudos pendientes antes del mes, y concordar el día en que la mudanza trasladará, su valioso piano, a casa de Eleonor.
Continuará.......