ART.Betty Graham
Sus hombres parados a lo largo de la pared, presenciaron nuestra unión. Firmé los papeles que pusieron frente a mí, en silencio.
Bebí de la copa que se me dio. Como lo prometió, Terry casi nunca dejó mi lado, con su mano extendida en mi espalda baja.
Había otras tres mujeres en la habitación, además de mí. Annie, Patty y Pony que parecía bastante amigable; aunque Annie mantuvo su distancia. Pony a menudo preguntaba cómo estaba, diciéndole a Terry que debería sentarme. Me condujo a una silla, sentándome sobre el cojín. Se agachó. "¿Estás bien?"
"Sí."
"Esto terminará pronto." Frunció el ceño. "Voy por algo para tus pies."
Se dio la vuelta y se fue.
Pony se sentó junto a mí. -"Estás muy pálida. Donald quiere que descanses."
Donald había sido amable. Había visto mis moretones con el ceño fruncido, se aseguró que nada estuviera roto, y me aseguró que estaría bien. Habló discretamente con Terry que me miró a los ojos al mismo tiempo que asentía a lo que sea que Donald tuviera que decir. No lo cuestioné —ya sabía que no debía hacerlo.
La miré, sin saber cómo responder. No sabía si debía hablar, permanecer callada, o darme a las lágrimas. Estaba perdida. Ella estiró su mano y tomó la mía.
-"Candy, sé que estás asustada. Sé que esto debe parecerte un sueño." Sonrió con bondad. "O una pesadilla."
Bajé la vista a mis manos retorciéndose.
"Algunas veces," continuó, "las cosas no son lo que parecen. Terry es un buen hombre. Honorable. Y a pesar de lo que hayas presenciado. Dale una oportunidad. Puede que te sorprenda lo que descubras."
"¿Tú-tú lo conoces bien?"
"Es como un hijo para nosotros. Lo conozco desde hace tiempo. Se casó hoy contigo y dijo sus votos. Te lo juro; él toma las cosas muy seriamente. Él cuidará de ti." Inclinó su cabeza hacia un lado, estudiándome. "Creo que puede que tú seas buena para él."
Terry volvió a entrar, con unos calcetines en sus manos. Se arrodilló frente a mí, poniendolos en mis pies. "Estos te mantendrán caliente." Levantó su mano, y acarició nuevamente mi mejilla. "Lo estás haciendo bien, Candy. Pronto podrás descansar y mañana comenzaremos. ¿De acuerdo?"
Le eché un vistazo a Pony que miraba a Terry con cariño. Pensé en lo que dijo y escuché la inesperada ternura en la voz de él. Sus hombres se le quedaban mirando, en la forma en que estaba arrodillado a mis pies. Todos se veían impresionados al ver su posición respetuosa. Respiré hondo y le sonreí.
"Sí. Gracias, Terry."
Se puso de pie y besó mi frente. "Buena chica."
Estaba de pie, insegura, en la habitación de Terry. Él entró, cargando un vaso y un bote de pastillas.
"Donald me dio estos analgésicos que te ayudarían a dormir."
"¿Voy a dormir aquí?"
Se quitó la chaqueta, colocándola sobre la silla. "Eres mi esposa, de modo que sí."
"Yo—"
"Relájate. No espero nada, Candy. A Donald le preocupa que puedas tener una conmoción. Voy a revisarte durante la noche."
"¿Por qué eres tan gentil?"
"¿Hay alguna razón por la que no debería serlo?" Su ceño se frunció al abrir el bote, puso dos pastillas en mi mano, y me dio un vaso de agua.
"Ah…"
"No confundas mi amabilidad con debilidad. Soy amable porque no me has dado ninguna razón para no serlo." Se acercó, y tocó mi mejilla. "Espero que nunca lo hagas."
"No lo haré."
"¿Pony estuvo hablando contigo."?
"Me dijo que eres un hombre honorable."
"¿Y tú crees que soy un asesino."?
No lo negué. Pero también había visto algo más en él esta noche. Algo humano.
"Quiero creerte. Quiero llegar a conocerte."
Él me observó por un momento, luego rodeó mi cintura con su brazo, acercándome a él. Apoyó su mejilla en mi cabeza. "Hueles como yo."
Exhalé de forma temblorosa, preguntándome por qué estar tan cerca de él no me asustaba. "Usé tu champú."
Presionó sus labios en mi cabello. "Huele bien en ti."
Levanté la cabeza. Era tan alto que tuve que echarme hacia atrás para verlo. Me sonrió, sus ojos azules resplandeciendo bajo la luz suave. "Eres muy hermosa, esposa."
Parpadeé. Su tono era bajo, ronco. Provocativo.
"Lo que viste esta noche es solo una parte de mi vida. Soy más de lo que crees. Si me das la oportunidad, puedo probártelo.
Te lo prometo, Candy, estarás a salvo. Protegida. Haré todo para cuidar de ti." Hizo una pausa. "Permanece a mi lado, apóyame, y te prometo que nunca tendrás que temer a nadie, incluyéndome a mí."
Estaba embelesada.
"Me gusta cómo se siente besarte. Dime, esposa, ¿te gustó?"
"Sí."
Se agachó, su boca cerniéndose sobre la mía. "Quiero intentar algo."
Me sentí temblar. Su brazo me apretó, levantándome. Sus ojos se cerraron al mismo tiempo que su boca se deslizó sobre la mía. Como una pluma, delicada y cálida.
"Tócame," susurró.
Deslicé mi mano por su brazo, por su cuello y toqué los cabellos de su nuca. Dio un gemido bajo y cubrió mi boca otra vez. Su lengua rozó mis labios, deslizándose dentro de mi boca. Nunca había sido besada de esa forma. Lánguida y sensualmente. Su boca se movió sobre la mía, con más intensidad, reclamándome. Profundizó el beso, envolviendo mi cabello en su mano y tirando de mi cabeza hacia un lado. Lloriqueos escaparon de mi garganta. Me levantó fácilmente, envolviendo mis piernas alrededor de su cintura, y abrazándome con fuerza. Agarré sus hombros, perdida en las sensaciones que creaba en mi interior. Se separó de mi boca, arrastrando sus labios por mi cuello. Tiró de mi cabello, exponiendo mi cuello mientras lo mordisqueaba. Mi cabeza cayó hacia atrás y jadeé por el dolor.
Él se detuvo en seguida, sus ojos cautelosos.
"Te lastimé."
"No," insistí. "Mi cabeza…"
Agarró mi cuello. "Me dejé llevar y olvidé que estás lastimada. Perdóname."
Sentí mi sonrojo. "Me-me gustó."
Dejó otro beso en mi boca. "A mí también, y exploraremos más esto, cuando te recuperes. Por ahora, voy a llevarte a mi cama, y te vigilaré mientras duermes. Mañana hablaremos."
Continuará....
Última edición por Pecas TG el Miér Abr 12, 2023 10:09 am, editado 2 veces