Culpable o Inocente Cap 2
Neil solo había aceptado ir a pasar unos días con su hermana porque realmente no entendía muchas cosas relacionadas al accidente de su madre. En la oficina la vio muy calmada demasiado para todo lo sucedido, pero supuso que en su puesto de ejecutivo jamás se dejaría ver cabizbaja con toda la gente con la que trabajaba.
La mañana siguiente Eliza partió a la villa Lagan, era una pequeña mansión situada a las afueras de Chicago. La vista del río Michigan era parte de su belleza al igual que sus jardines y un hípico donde solía entrenar. Los recuerdos más bellos de su vida estaban ahí en ese lugar donde se podría decir que por tan solo unos días eran la familia perfecta en las vacaciones de verano.
Sin embargo al irse de ahí el sueño se terminaba. Volvían a la ciudad y nuevamente era escuchar a sus padres pelear; ella y su hermano planeaban travesuras para ver si así tal vez ellos tenían algo más importante en que pensar que el hecho de insultarse todo el tiempo.
En realidad sus padres no se habían casado por amor todo había sido interés de familias adineradas para formar alianzas.
La mayor parte del tiempo ese matrimonio había sido un calvario que se convirtió en infierno cuando su hermano se había revelado al no querer seguir el legado de su padre. Neil había decidió ser detective, al principio con el afán de solo molestar a su padre pero después simplemente habría encontrado su verdadera vocación. Empezó a vivir su vida como él quería y sobre todo a ser feliz a diferencia de su hermana. Sarah Legan lo había apoyado desde el principio, pero la realidad era que quería las acciones en la compañía que le pertenecían a su hijo.
Eliza había descubierto los planes de su madre poco tiempo después de que su hermano se marchara de casa. Recordó aquella conversación de Sarah con su amante, fueron sus deducciones al escuchar detrás de la puerta de la habitación.
—Mi amor no te preocupes las acciones de mi hijo pasarán a mi poder y podremos hacer muchas de las cosas que tanto hemos imaginado, no te preocupes por mi esposo el tiene una amante en NewYork, ni cuenta se dará de que tú y yo….
En esos momentos Eliza entró a la habitación de su madre, Sarah fingió estar hablando con una amiga.
Al principio quiso enfrentarla pero con el paso de los días se dijo que quien era ella para juzgar a sus padres, claramente siempre habían sido infelizmente casados y si ahora cada uno tenía una pareja a escondidas tal vez podrían llegar a encontrar la felicidad y eso servirá para dejar de escucharlos pelear.
Pero para Sara, las cosas no habían salido como ella había planeado el que se hizo cargo de las acciones de su hijo había sido su sobrino William Albert Ardlay, el maldito de su esposo había aconsejado a Neil de ceder las acciones y ella se había quedado con las manos vacías. Prometió que su querido esposo pagaría sus acciones contra ella, claramente le había declarado la guerra.
Eliza estacionaba su BMW frente a la villa, bajó del auto y admiro su casa, los más bellos recuerdos de su infancia estaban ahí. La Mansión se encontraba en perfectas condiciones y sus jardines estaban en su época más bella floreciendo en todo su esplendor por la primavera. Ella se había encargado de contratar un matrimonio hace varios años para cuidarla, no se había dado el tiempo de ir pero sabía que ese podía ser su refugio en el momento que ella lo deseara. Sacó una llave debajo de una pequeña roca falsa y abrió la puerta cuando estaba apunto de cruzar el umbral de la puerta una voz la hizo saltar.
—Senorita Eliza, que gusto verla —ella dio un pequeño grito al escucharlo—. Perdóneme señorita no quise asustarla.
—No te preocupes Steven, fue algo no planeado.
—Si quiere llamo a mi esposa para que venga a prepararle la cena y aliste todo en su recamara.
—No, no importa es mejor que sea mañana ahora quiero tomar un baño y dormir un poco, estoy cansada y tal vez ordene algo de comida no se preocupen ya mañana si me gustaría desayunar los deliciosos cinnamon rolls que prepara tu esposa Joan.
—Delo por un hecho señorita Eliza, la dejo descansar.
Ella recorrió toda la mansión, en cada lugar que veía venían a su mente gratos recuerdos, algunos jugando a las escondidas con su padre otros más ella y su hermano escondiendo su primera mascota, una gatita siamesa que terminaron descubriendo sus padres pero al final los dejaron tenerla.
—Quisiera volver a ser niña —mencionó en voz alta y añadió—: Cuando no tenía que esconder todo lo hecho.
Se detuvo en la habitación de sus padres y decidió entrar, camino y observó que la mayoría de los muebles estaban cubiertos por sábanas pero algo llamó su atención, un florero en una mesita al lado del diván tenía un ramo de flores secas y marchitas, era el mismo tipo de ramo que le enviara su esposo. Ella supo poco antes de la muerte de James que en realidad quien escogía esas flores era la secretaria de su esposo, de tan solo recordarlo le invadió un gran enojo, tomó con la mano el florero y lo aventó contra el suelo.
—¡Eres un maldito desgraciado! ojala ardas en el infierno jamas te perdonare —gritó con gran furia y cayó de rodillas al lado de la cama, lágrimas empezaron a brotar de sus ojos.
Era la primera vez que lloraba de esa manera, era odio hacia las personas que creyó la habían amado pero al final descubrió que sólo la habían utilizando, había sido un peón en un partida de ajedrez.
—Si tan solo las cosas hubieran sido diferentes años atrás y hubiese tenido la fuerza de tomar las decisiones por mi misma sollozaba mascullando.
Poco a poco se fue calmando se levantó y trató de levantar los vidrios más grandes del jarrón roto en el suelo, para tirarlos a la basura, camino hacia el baño y en ese instante sintió el rechinar de una de las tarimas de madera del suelo. Al regresar volvió a sentir ese ruido molesto se agachó y levantó el tapete para ver el tablón de madera, se inco y se dio cuenta que estaba flojo lo levantó, se llevó una gran sorpresa al encontrar un diario de piel, lo abrió y por la caligrafía en el pudo darse cuenta que era de su madre lo tomó y volvió a acomodar de la madera.
Era una gran sorpresa darse cuenta que su mamá había escrito un diario de memorias más porque su mamá no era de ese tipo de mujeres románticas.
Sarah Legan había sido una mujer fría con sus dos hijos nunca los abrazaba y ni siquiera había un té amo para ellos, cuando Eliza se enteró cuando era adolescente que sus padres no se casaron por amor comprendió muchas cosas y en cierta manera dejó de juzgarla y sabía que pues tal vez de algún modo por eso ella era así.
—Mañana le pediré a Joan, limpie este desastre —mencionó en voz alta y salió de la habitación llegó a la suya dejó el cuaderno encima de su cama y tomó un baño para poder descansar.
Mientras se bañaba cerró los ojos y dejó que el agua caliente la calmara, nunca había llorado de aquel modo. «No voy a empezar ahora a ser una mujer débil después de todo lo sucedido» se dijo en voz alta. Los recuerdos vinieron a ella disparando un arma y la sangre de aquel cuerpo era algo que quería alejar de su mente. No sabía por cuánto tiempo tendría ese recuerdo tal vez sería toda su vida pero bien había valido la pena. Sabía muy bien cuál había sido el precio de su libertad.
Salió de la regadera y se miró desnuda frente al espejo.
—Soy hermosa, porque nadie me ha podido amar. Todos estos años solo me utilizaste, me maltrataste James. Recordó la primera vez que la tomó como su mujer sin un ápice de ternura o cuidado, tiempo después hubo momentos en los que pensé que si, tal vez me amabas. Pero todo fue una cruel mentira solo había sido un peón en todo el juego que tenían planeado tú y mi madre. Pero hoy soy libre de ustedes dos y viviré mi vida como se me antoje vivirla pero primero debo convencer a mi hermano que no tengo nada que ver en todo esto, al igual que a su estupido compañero de trabajó un tal Granchester.
Se puso su pijama de seda y se dirigió a su cama tomó el diario de su madre y lo ojeó, solo abrió los ojos en asombro por las primeras hojas la fecha era de diez años atrás cuando ella tan sólo tenía veinticuatro años
Enero 2013
Mi amado James, tendremos que hacer todo lo necesario para estar juntos y si el primer paso es que te cases con mi hija Eliza, lo acepto así adquirirás el diez por ciento de las acciones, no me importa compartirte con mi hija creo que serán más excitante nuestros encuentros llenos de deseo y placer, disfruto tanto cuando me tocas y soy tu mujer. Eliza es muy joven y comprenderá que es necesario este enlace contigo, le he mentido piensa que nos salvarás de la bancarrota, oh mi querido James pronto muy pronto empezará este juego.
Era como una cubetada de agua helada nuevamente para Eliza, James y su madre eran amantes antes de que ella se casara con él.
Eliza los había descubierto hace un año el engaño , pues la florería había confundido los arreglos de flores, el que le había llegado decía:
“Nos vemos esta noche para celebrar” ella llamó a James no sabía cuál era el motivo de la celebración siempre era un hombre tan frío como un témpano de hielo y cuando la buscaba con fines para satisfacerse solo era eso jamás pensaba en ella, muchas veces quiso el divorcio pero su madre la disuadió que eso era imposible que perjudicaría a los negocios Familiares y que ese era un legado de su padre que no podían tirar por la borda.
Tomó su celular y marcó.
—James —¿nos veremos esta noche para la cena? preguntó Eliza.
—Lo siento querida pero tengo una reunión de emergencia a las afueras de Chicago, nos vemos mañana por la noche y colgó.
Así que después que le llamara a él fue a la florería e indagó a donde debía ir el otro arreglo floral su sorpresa fue grande al darse cuenta que era en la villa de vacaciones de la familia.
Lo que su madre no sabía es que Eliza es la que le daba mantenimiento a esa casa, Sarah pensó que la villa estaba bien cuidada por órdenes de William Ardlay, pero no era así porque le pertenecía a ella pues había sido herencia de su padre.
Al día siguiente Eliza fue a la mansión, con servicio de seguridad.
—Vinieron su madre y su esposo me dijeron que usted vendría más tarde pues tenían que celebrar un gran negocio.
—Oh si… si, —mencionó Eliza titubeante —No te preocupes ellos pueden venir cuando quieran, no es necesario que me informes ni que les preguntes por mi.
—Está bien señorita, me retiro.
—Steven solo por favor no les digas que yo estuve aquí hoy, está bien, déjalos que piensen que no sé nada.
—No se preocupe señorita. Yo no la vi hoy.
El señor Stevens sabía a quien le debía ser leal y era aquella que pagaba sus cheques quincenales al igual que a su esposa e hijo.
Eliza mandó instalar cámaras ocultas en toda la casa excepto su recámara y también cámaras de seguridad en el portón de la entrada de la villa, si algo estaba pasando entre su madre y esposo ella lo descubriría y así fue. Esa fue la manera en que los vio haciendo el amor en la que fuera la habitación de su padre. Comprendió muchas cosas pero sobre todo sabía que el porqué su madre la trataba de esa manera, eran celos de mujer.
—Son unos malditos desgraciados que se están pudriendo en el infierno, siempre fui su juguete pero al final quien hizo jaque mate fui yo.
Eso la hizo recordar que su hermano llegaría muy temprano debía borrar todos los videos de seguridad pues claramente en varios de ellos se veía entrar a Sarah y James a la Villa y en un video más en la parte trasera de la villa donde se encuentran la alberca ambos habían hecho el amor ahí. Los de las cámaras ocultas los había borrado hace tiempo y de igual modo quito todas las cámaras escondidas. Si Neil descubría esos videos claramente tendría el móvil del asesinato de su madre y esposo y sería la sospechosa numero uno en la lista. No podía permitirlo pues había tenido la coartada perfecta.
—Ahora se quien era tu amante cuando escuche detrás de la puerta, siempre quisieron adueñarse de la empresa.
Continuará…
La mañana siguiente Eliza partió a la villa Lagan, era una pequeña mansión situada a las afueras de Chicago. La vista del río Michigan era parte de su belleza al igual que sus jardines y un hípico donde solía entrenar. Los recuerdos más bellos de su vida estaban ahí en ese lugar donde se podría decir que por tan solo unos días eran la familia perfecta en las vacaciones de verano.
Sin embargo al irse de ahí el sueño se terminaba. Volvían a la ciudad y nuevamente era escuchar a sus padres pelear; ella y su hermano planeaban travesuras para ver si así tal vez ellos tenían algo más importante en que pensar que el hecho de insultarse todo el tiempo.
En realidad sus padres no se habían casado por amor todo había sido interés de familias adineradas para formar alianzas.
La mayor parte del tiempo ese matrimonio había sido un calvario que se convirtió en infierno cuando su hermano se había revelado al no querer seguir el legado de su padre. Neil había decidió ser detective, al principio con el afán de solo molestar a su padre pero después simplemente habría encontrado su verdadera vocación. Empezó a vivir su vida como él quería y sobre todo a ser feliz a diferencia de su hermana. Sarah Legan lo había apoyado desde el principio, pero la realidad era que quería las acciones en la compañía que le pertenecían a su hijo.
Eliza había descubierto los planes de su madre poco tiempo después de que su hermano se marchara de casa. Recordó aquella conversación de Sarah con su amante, fueron sus deducciones al escuchar detrás de la puerta de la habitación.
—Mi amor no te preocupes las acciones de mi hijo pasarán a mi poder y podremos hacer muchas de las cosas que tanto hemos imaginado, no te preocupes por mi esposo el tiene una amante en NewYork, ni cuenta se dará de que tú y yo….
En esos momentos Eliza entró a la habitación de su madre, Sarah fingió estar hablando con una amiga.
Al principio quiso enfrentarla pero con el paso de los días se dijo que quien era ella para juzgar a sus padres, claramente siempre habían sido infelizmente casados y si ahora cada uno tenía una pareja a escondidas tal vez podrían llegar a encontrar la felicidad y eso servirá para dejar de escucharlos pelear.
Pero para Sara, las cosas no habían salido como ella había planeado el que se hizo cargo de las acciones de su hijo había sido su sobrino William Albert Ardlay, el maldito de su esposo había aconsejado a Neil de ceder las acciones y ella se había quedado con las manos vacías. Prometió que su querido esposo pagaría sus acciones contra ella, claramente le había declarado la guerra.
Eliza estacionaba su BMW frente a la villa, bajó del auto y admiro su casa, los más bellos recuerdos de su infancia estaban ahí. La Mansión se encontraba en perfectas condiciones y sus jardines estaban en su época más bella floreciendo en todo su esplendor por la primavera. Ella se había encargado de contratar un matrimonio hace varios años para cuidarla, no se había dado el tiempo de ir pero sabía que ese podía ser su refugio en el momento que ella lo deseara. Sacó una llave debajo de una pequeña roca falsa y abrió la puerta cuando estaba apunto de cruzar el umbral de la puerta una voz la hizo saltar.
—Senorita Eliza, que gusto verla —ella dio un pequeño grito al escucharlo—. Perdóneme señorita no quise asustarla.
—No te preocupes Steven, fue algo no planeado.
—Si quiere llamo a mi esposa para que venga a prepararle la cena y aliste todo en su recamara.
—No, no importa es mejor que sea mañana ahora quiero tomar un baño y dormir un poco, estoy cansada y tal vez ordene algo de comida no se preocupen ya mañana si me gustaría desayunar los deliciosos cinnamon rolls que prepara tu esposa Joan.
—Delo por un hecho señorita Eliza, la dejo descansar.
Ella recorrió toda la mansión, en cada lugar que veía venían a su mente gratos recuerdos, algunos jugando a las escondidas con su padre otros más ella y su hermano escondiendo su primera mascota, una gatita siamesa que terminaron descubriendo sus padres pero al final los dejaron tenerla.
—Quisiera volver a ser niña —mencionó en voz alta y añadió—: Cuando no tenía que esconder todo lo hecho.
Se detuvo en la habitación de sus padres y decidió entrar, camino y observó que la mayoría de los muebles estaban cubiertos por sábanas pero algo llamó su atención, un florero en una mesita al lado del diván tenía un ramo de flores secas y marchitas, era el mismo tipo de ramo que le enviara su esposo. Ella supo poco antes de la muerte de James que en realidad quien escogía esas flores era la secretaria de su esposo, de tan solo recordarlo le invadió un gran enojo, tomó con la mano el florero y lo aventó contra el suelo.
—¡Eres un maldito desgraciado! ojala ardas en el infierno jamas te perdonare —gritó con gran furia y cayó de rodillas al lado de la cama, lágrimas empezaron a brotar de sus ojos.
Era la primera vez que lloraba de esa manera, era odio hacia las personas que creyó la habían amado pero al final descubrió que sólo la habían utilizando, había sido un peón en un partida de ajedrez.
—Si tan solo las cosas hubieran sido diferentes años atrás y hubiese tenido la fuerza de tomar las decisiones por mi misma sollozaba mascullando.
Poco a poco se fue calmando se levantó y trató de levantar los vidrios más grandes del jarrón roto en el suelo, para tirarlos a la basura, camino hacia el baño y en ese instante sintió el rechinar de una de las tarimas de madera del suelo. Al regresar volvió a sentir ese ruido molesto se agachó y levantó el tapete para ver el tablón de madera, se inco y se dio cuenta que estaba flojo lo levantó, se llevó una gran sorpresa al encontrar un diario de piel, lo abrió y por la caligrafía en el pudo darse cuenta que era de su madre lo tomó y volvió a acomodar de la madera.
Era una gran sorpresa darse cuenta que su mamá había escrito un diario de memorias más porque su mamá no era de ese tipo de mujeres románticas.
Sarah Legan había sido una mujer fría con sus dos hijos nunca los abrazaba y ni siquiera había un té amo para ellos, cuando Eliza se enteró cuando era adolescente que sus padres no se casaron por amor comprendió muchas cosas y en cierta manera dejó de juzgarla y sabía que pues tal vez de algún modo por eso ella era así.
—Mañana le pediré a Joan, limpie este desastre —mencionó en voz alta y salió de la habitación llegó a la suya dejó el cuaderno encima de su cama y tomó un baño para poder descansar.
Mientras se bañaba cerró los ojos y dejó que el agua caliente la calmara, nunca había llorado de aquel modo. «No voy a empezar ahora a ser una mujer débil después de todo lo sucedido» se dijo en voz alta. Los recuerdos vinieron a ella disparando un arma y la sangre de aquel cuerpo era algo que quería alejar de su mente. No sabía por cuánto tiempo tendría ese recuerdo tal vez sería toda su vida pero bien había valido la pena. Sabía muy bien cuál había sido el precio de su libertad.
Salió de la regadera y se miró desnuda frente al espejo.
—Soy hermosa, porque nadie me ha podido amar. Todos estos años solo me utilizaste, me maltrataste James. Recordó la primera vez que la tomó como su mujer sin un ápice de ternura o cuidado, tiempo después hubo momentos en los que pensé que si, tal vez me amabas. Pero todo fue una cruel mentira solo había sido un peón en todo el juego que tenían planeado tú y mi madre. Pero hoy soy libre de ustedes dos y viviré mi vida como se me antoje vivirla pero primero debo convencer a mi hermano que no tengo nada que ver en todo esto, al igual que a su estupido compañero de trabajó un tal Granchester.
Se puso su pijama de seda y se dirigió a su cama tomó el diario de su madre y lo ojeó, solo abrió los ojos en asombro por las primeras hojas la fecha era de diez años atrás cuando ella tan sólo tenía veinticuatro años
Enero 2013
Mi amado James, tendremos que hacer todo lo necesario para estar juntos y si el primer paso es que te cases con mi hija Eliza, lo acepto así adquirirás el diez por ciento de las acciones, no me importa compartirte con mi hija creo que serán más excitante nuestros encuentros llenos de deseo y placer, disfruto tanto cuando me tocas y soy tu mujer. Eliza es muy joven y comprenderá que es necesario este enlace contigo, le he mentido piensa que nos salvarás de la bancarrota, oh mi querido James pronto muy pronto empezará este juego.
Era como una cubetada de agua helada nuevamente para Eliza, James y su madre eran amantes antes de que ella se casara con él.
Eliza los había descubierto hace un año el engaño , pues la florería había confundido los arreglos de flores, el que le había llegado decía:
“Nos vemos esta noche para celebrar” ella llamó a James no sabía cuál era el motivo de la celebración siempre era un hombre tan frío como un témpano de hielo y cuando la buscaba con fines para satisfacerse solo era eso jamás pensaba en ella, muchas veces quiso el divorcio pero su madre la disuadió que eso era imposible que perjudicaría a los negocios Familiares y que ese era un legado de su padre que no podían tirar por la borda.
Tomó su celular y marcó.
—James —¿nos veremos esta noche para la cena? preguntó Eliza.
—Lo siento querida pero tengo una reunión de emergencia a las afueras de Chicago, nos vemos mañana por la noche y colgó.
Así que después que le llamara a él fue a la florería e indagó a donde debía ir el otro arreglo floral su sorpresa fue grande al darse cuenta que era en la villa de vacaciones de la familia.
Lo que su madre no sabía es que Eliza es la que le daba mantenimiento a esa casa, Sarah pensó que la villa estaba bien cuidada por órdenes de William Ardlay, pero no era así porque le pertenecía a ella pues había sido herencia de su padre.
Al día siguiente Eliza fue a la mansión, con servicio de seguridad.
—Vinieron su madre y su esposo me dijeron que usted vendría más tarde pues tenían que celebrar un gran negocio.
—Oh si… si, —mencionó Eliza titubeante —No te preocupes ellos pueden venir cuando quieran, no es necesario que me informes ni que les preguntes por mi.
—Está bien señorita, me retiro.
—Steven solo por favor no les digas que yo estuve aquí hoy, está bien, déjalos que piensen que no sé nada.
—No se preocupe señorita. Yo no la vi hoy.
El señor Stevens sabía a quien le debía ser leal y era aquella que pagaba sus cheques quincenales al igual que a su esposa e hijo.
Eliza mandó instalar cámaras ocultas en toda la casa excepto su recámara y también cámaras de seguridad en el portón de la entrada de la villa, si algo estaba pasando entre su madre y esposo ella lo descubriría y así fue. Esa fue la manera en que los vio haciendo el amor en la que fuera la habitación de su padre. Comprendió muchas cosas pero sobre todo sabía que el porqué su madre la trataba de esa manera, eran celos de mujer.
—Son unos malditos desgraciados que se están pudriendo en el infierno, siempre fui su juguete pero al final quien hizo jaque mate fui yo.
Eso la hizo recordar que su hermano llegaría muy temprano debía borrar todos los videos de seguridad pues claramente en varios de ellos se veía entrar a Sarah y James a la Villa y en un video más en la parte trasera de la villa donde se encuentran la alberca ambos habían hecho el amor ahí. Los de las cámaras ocultas los había borrado hace tiempo y de igual modo quito todas las cámaras escondidas. Si Neil descubría esos videos claramente tendría el móvil del asesinato de su madre y esposo y sería la sospechosa numero uno en la lista. No podía permitirlo pues había tenido la coartada perfecta.
—Ahora se quien era tu amante cuando escuche detrás de la puerta, siempre quisieron adueñarse de la empresa.
Continuará…
Última edición por Saadesa el Vie Abr 28, 2023 1:24 am, editado 2 veces