Art.Betty Graham
La mañana siguiente, hice una bandeja de muffins, preparé una jarra de café, y entré a la habitación que Annie, Pony y Paty utilizaban. Llegué temprano porque Terry se levantó y se fue antes del amanecer, aunque esta mañana, no se había ido sin un beso prolongado y un, "Te quiero," en un susurro.
Me senté en mi escritorio vacío junto al lugar donde sabía que Pony trabajaba todos los días. Cuando la puerta se abrió poco después, levanté la vista para verla titubear al entrar. Donald la seguía, ofreciéndome una de sus amplias sonrisas. "Hola, Candy."
"Hola, Donald."
Annie cruzó hacia su escritorio, quitándose la chaqueta. Traía puesta una blusa de manga larga y pantalones oscuros. Su cabello estaba recogido en una larga cola de caballo. Era hermosa, pero se veía contrariada cuando se sentó; sus ojos azules, tan parecidos a los de Terry, me contemplaban con nerviosismo.
"Hola, Annie ."
Asintió. "Candy."
"Las dejo señoras. ¿Estás bien, Annie ?" Donald preguntó con dulzura.
Ella respiró profundo. "Sí."
"Volveré después. Espera, ¿esos son muffins?"
Me reí entre dientes. "Hay una canasta llena en la cocina."
Frotó sus manos juntas. "Me voy entonces. Las veré más tarde."
Cerró la puerta, y por minutos, la habitación estuvo en silencio. Finalmente, no pude soportarlo más.
"¿Cómo estás hoy, Annie?"
"E-Estoy bien. ¿Cómo te estás adaptando?"
Bufé una bocanada de aire. "Te mentiría si dijera que todo está bien. Es un cambio."
"¿Terry está siendo difícil?"
La pregunta me sorprendió. "No, también es un cambio para él. Está tratando de ayudarme."
Levanté la jarra de café, sirviéndonos una taza a cada una, añadiendo crema y azúcar, y ofreciéndole una a ella. La aceptó con una sonrisa. "¿Sabes cómo me gusta mi café?"
"Le pregunté a Terry." Cogí los muffins. "Dijo que los de arándano son tus favoritos."
Tomó uno, mordiéndolo, y cerrando sus ojos. "Estos están muy buenos. Gracias." Le dio unas cuantas mordidas, luego dejó el muffin sobre el escritorio.
"Candy, sé que estás casada con mi hermano, y sé que no he sido cordial. Lo siento."
Sacudí mi cabeza. "No estoy aquí para hacerte sentir mal, Annie. Esperaba poder conocerte un poco más. Quizás volvernos amigas."
"N-No me siento muy cómoda con la gente nueva."
Suspiré. "Lo sé, y si lo prefieres me voy, lo haré. Pero ahora eres mi cuñada, así que me gustaría llegar a conocerte."
Me observó por un momento, luego sonrió. "No puedo creer que Terry se haya casado."
Le sonreí en respuesta. "No estaba precisamente en sus planes, y sin duda, él no estaba en los míos." Me incliné hacia adelante, con seriedad. "Lo amo, Annie. De algún modo, estaba destinado a ser. Creí que iba a matarme, pero me salvó. Y me enamoré de él."
"Y él de ti. Habla de ti todo el tiempo cuando viene a verme."
"¿Ah, sí?"
"Sí." Dijo ella con un suspiro. "Sé que conoces mi historia. Aprecio lo paciente que has sido conmigo, pero me gustaría conocerte."
No pude ocultar mi alegría. "¿En serio?"
"Sí." Mordió su labio, luego habló otra vez. "Sé que Terry no es un hombre fácil de amar. Se convirtió en lo que es por mí. Le debo todo."
"Él no se arrepiente de sus decisiones, Annie. Te ama muchísimo."
"Lo sé. Él y Archie me cuidan muy bien; sé que no estoy en peligro. Tengo una vida extremadamente protegida, pero esa es mi elección. Me siento feliz y contenta. Terry se ha sacrificado todos estos años. Le ha faltado algo, y creo que al fin lo halló cuando te encontró a ti. Como sea que se hayan conocido, cualesquiera que hayan sido las circunstancias, haces feliz a mi hermano, por lo que me gustaría tratar de conocerte." Sonrió, viéndose tímida. "Debes ser muy especial para que Terry te ame como lo hace."
Estiró su mano y cubrió la mía. Noté que tembló levemente, pero palmeé su mano con la mía. "Gracias, Annie. Significa mucho para mí, y sé también lo será para Terry."
"¿Vas a acompañarnos aquí?"
"Me gustaría—al menos parte del tiempo. Me gusta atender la casa y a Terry ."
"Me alegra. Él necesita eso. Estoy deseosa de verte aquí más seguido."
Pony y Paty entraron, al parecer sorprendidas de verme.
"¡Candy!"
"Hola, . Buenos días, Pony.
Annie y yo estábamos tomando café. ¿Les gustaría un poco?"
"Sí."
"¿Annie ?"
"¡Por favor!"
Annie levantó la canasta. "También hizo muffins. Estaba por decirle más de lo que hacemos aquí."
Pony me miró a los ojos con una pequeña sonrisa. Aceptó un muffin y se sentó junto a mí.
Continuará...