SATURNO.
CAPITULO 6.
ENTRE TUS BRAZOS.
CAPITULO 6.
ENTRE TUS BRAZOS.
—¡Esto es grave! —dijo Patty poniéndose de pie con el sobre entre sus manos —Con razón nunca tuvimos respuesta de Terry hasta ahora que Archie le escribió por su propia cuenta. Porque cualquier carta que viniera por parte de Candy desaparecería ¿Quién podría llegar a ser tan despiadado cómo para hacerles esto?
—Oh, creeme. Te sorprenderías del alcance de la gente para hacerle maldades a otros.
—Aun así, Terry debe saberlo, encontrar al culpable y hacerle pagar.
—En este momento Terry solo tiene cuerpo y alma para Candy. Pero ten por seguro que se enterará de lo que está pasando y hará algo al respecto —Explico Karen tomando el saco y algunas de las pertenencias de Terry para guardarlas en una mochila —Por ahora, nuestro querido Romeo está enamorado de su Julieta y espera a que vuelva de los brazos de Morfeo.
Patty se sentía incomoda con ese descubrimiento, tantas veces que Candy pensó que Terry se había aburrido de ella y de que no quería hablarle resultaron obras de alguna artimaña cruel de alguien que quería separarlos. Está vez estaba segura que no habían sido Elisa y Neal, está vez quien había intervenido tenía manos discretas y se sabía meter incluso por debajo del suelo sin armar escándalo. Debía haber algo por sus amigos, y así estuviera embelesado, Terry debía saberlo todo.
La castaña de gafas llegó al hospital junto con Karen, la chica estaba realmente cansada, había sido un día agitado para todos, no había descansado en el absoluto desde que llegaron a la ciudad, pero con todo lo ocurrido, no le sería fácil conciliar el sueño.
—¡Patty! —Escucho decir su nombre detrás suyo, se dió la vuelta y Stear estaba saliendo de la habitación de Candy, le dedicó una sonrisa amable que en seguida fue del sonrojo de la chica —¿Cómo está mi heroína?
—Cansada y hambrienta ¿Y tú?
—Creo que nos sentimos iguales. Y quiero dormir.
—¿Cómo se encuentra Candy?
—El doctor dice que su cerebro debe recuperarse por el golpe que recibió. Que es cuestión de horas para que despierte y así podrá evaluarla —Explico el inventor llevándose una mano a la nuca —A estás alturas, la neurociencia me parece algo impresionante. Deberíamos leer un poco antes de irme ¿Te gustaría Patty?
Por un momento, Patty había olvidado el objetivo de estar en Nueva York, una forma de convencer a Stear de no irse, pero ante la forma como hablaba parecía que iba en serio.
—Yo... creo que debo ir a ver a Terry. Ese pobre hombre anda tan enamorado que no creo que quiera salir de la habitación mientras su chica este ahí —Karen rápidamente se alejo de la pareja quien en seguida sintió tenso ambiente que los rodeaba.
Nuevamente, el tema de la guerra salía a conversación para incomodar y retorcer el corazón de Patty. En lo personal no quería que ese tema saliera a relucir cada que había un instante de felicidad y serenidad entre ellos, ese momento quería el bienestar de su amiga, pero se había opacado todo en un instante.
—¿Pasa algo?
—¿Por qué sacas a relucir tema de que te vas cada que nos pasa algo bueno? —Pregunto la castaña de gafas —Hoy nos encontramos con Terry después de mucho tiempo, y aunque todavía estoy asustada por lo que ocurrió en el teatro, mantengo la esperanza de que Candy va a salir de esta de esta, pero...
La chica agacho la cabeza y apretó mandíbula para no hablar demás. Quería insultar a Stear cada que decía cosas referentes a los combates o a los avances entre Alemania, Francia y Estados Unidos. Por ella, que el mundo estallara en cualquier momento, pero no quería que Stear estuviera enfrente de todo ese desastre.
—Stear quiero que me jures algo —Sentencio con fuerza la chica —En lo que estamos aquí, no quiero que vuelvas hablar de la guerra ¡No quiero escuchar todos los días que te vas!
—Te entiendo, pero realmente ahora quiero estar todo el tiempo que me queda a tu lado. Y quiero que seamos sinceros en todo. Sobre todo, no quiero que dudes cuánto te amo —El chico sacó de su bolsillo trasero un pequeño juguete, Patty sintió curiosidad ¿Que cosa era eso?
Vio a Stear darle cuerda al juguete y agacharse en el suelo para soltarlo. El mismo empezó rodar hace a los pies de Patty, en un momento que chocó contra ella, el juguete explotó, pero muy al contrario de las explosiones a las que ya estaba acostumbrada, salió confeti y un par de pequeños muñecos que parecen hechos de madera que felices tiernos a la joven.
—Ay por Dios ¿Somos nosotros?
—Asi es. Quería guardarlo para dártelo en el hotel, pero este es el mejor momento, no quiero que nos estemos peleando por cualquier cosa, quiero es mostrarte el mundo y la galaxia entera en casa momento que pueda —Explico Stear agachándose a tomar el pequeño juguete y luego tomando una de las manos de Patty para llenarla de besos —Y por este tiempo, quiero ser única y exclusivamente tuyo.
Patty sintió sus ojos arder ante la felicidad que sentía en ese instante, se arrojó a los brazos de Stear para llenarlo de besos. Por el momento, los deseos de guerra sabían pasado a un segundo plano, para darle paso a los sueños de amor y esperanza.
.....
Varias horas habían pasado después del accidente en el teatro, aún en la noche la alarma seguía encendida en toda la ciudad, sobre todo al saber que había actores cómo Terrence Graham y Susana Marlowe involucrados. Se mantenía en anonimato todo lo relacionado con el accidente y pocas personas tenían acceso al hospital sin una autorización, Terry aún estando herido no había querido salir en lo absoluto de la habitación de Candy, deseando que al despertar, pudiera verla y besarla para darle la bienvenida a la vida.
Cuando amaneció, las esperanzas se abrieron para iluminar hasta el rincón más oscuro.
Una de sus manos se movió sobre una sábana suave y el aroma a alcohol penetró en sus fosas nasales. Se movió sobre la suavidad del colchón del hospital y abrió la boca para emitir un quejido de dolor.
—¡Auch! —Logro decir la chica llevándose una mano a la cabeza y descubriendo así que tenía una venda cubriendola. Intento abrir los ojos y la luz blanca fue lo primero que se topo.
—¡Candy! Estás despertando —Escucho decir la chica a alguien en su habitación mientras sus ojos se acostumbraban a la luz. En medio de la vista borrosa descubrió a Archie y a Annie al lado suyo, con rostros bañados en lágrimas al verla despertar de su hibernación.
—¡Al fin despertaste, Candy! —Dijo Annie arrojándose hacia ella para llenarla de abrazos y besos —Crei que no te volverla a ver.
—¿Qué pasó? ¿Dónde estamos? Me duele mucho la cabeza —Hablo con prisa la chica.
—Al menos tu lengua está tan afilada y clara como un cuchillo —Bromeo Archie acercándose para darle un beso en la frente —Me alegro que estes bien. Y respondiendo a tu pregunta, estamos en el hospital, tuviste un accidente pero estás bien.
—Bien... ¡Terry! —Vocifero la rubia intentando ponerse sentarse sobre la cama al recordarlo —¡Auch! ¿Dónde está? Quiero verlo.
—Descuida pequeña. Lo verás, por ahora está con Stear.
—¿Stear?
—Asi es, creo que tenías razón, el imbécil de Terry puede controlar a mi hermano como un titiritero. Quizás hasta cambie de opinión —Aseguo Archie sonriente.
—¿Tu crees?
—No lo sé... Pero aguarda a qué ese imbécil te vea despierta. Instaurara una nueva fecha patria incluso.
Candy se quejó un poco de dolor no recordaba mucho, salvó el estruendoso ruido de los reflectores cayendo, ella siendo abrazada por Terry y alguien empujándolos, de todo eso recuerda el abrazo de Terry y su cabeza a golpearse con algo antes de perderse en la oscuridad.
—¿Cómo están todos? ¿No hubo más heridos?
—Terry está muy moreteado, pero la tal Susana la que ensayaba con él se llevó la peor parte. Le cayeron los reflectores encima y casi pierde una pierna, pero de no ser por Patty créeme que estaría contándola. —contestó Annie con orgullo —Nuestra Patty es muy fuerte.
—Sí, es fuerte pero no sabemos cuánto tiempo puede resistir lo que venga encima —Fue la respuesta de Candy mientras observaba frente a ella un par de juguetitos de madera, que eran el reflejo de su buena amiga Patty y de su adorado inventor.
......
La habitación de Susana estaba llena de flores y cartas de buenos deseos, muchas eran admiradores y compañeros de trabajo, sin embargo la rubia estaba furiosa porque entre todas esas flores y esos buenos deseos no estaban los de Terry.
—¿Dónde está él? —Reclamo furiosa —¡Necesito que Terry este en este instante aquí!
—Cariño, imagino que está en la otra habitación con su novia.
—El debe estar aquí ahora. Estoy así es por su culpa.
—Tranquila, en cualquier momento debe llegar y así juntos aclaran cuentas. —Dijo su madre inatigando cada vez más a su hija para hacer responsable a Terry por ese accidente. Ahora no interpretaría a Julieta por culpa de él —Al menos lograron salvar tu pierna y pronto volverás al teatro.
—¿Cómo? —dijo Susana observando su pierna elevada a 30 grados encima de ella llena de vendas sanguinolentas y yesos —No volveré a caminar del mismo modo ¡Por culpa de Terry y de su novia!
La rubia empezó a llorar pero era de rabia, su objetivo ese día era quitar a Candy de en medio, sintió celos cuando esa chiquilla con pecas abrazó a Terry tan libre, solamente quería alejarla y declarar a Terry como suyo. Pero entonces los reflectores hicieron de las suyas al igual que el otro muchacho de gafas quién los interceptó primeramente antes que ella, odiaba Terry por rechazarla, aborrecía a la tal Candy por ser la dueña de su corazón... quería Terry para sí misma.
—Hare que Terry pague por esto.
—¿Por qué debo pagar? —Pregunto una voz masculina entrando a la habitación de la rubia en compañía de tres personas más. Uno de ellos era el muchacho de gafas que se había entrometido entre ella y Terry —¿Por qué debo pagar lo que no debo, Susana?
—Porque tu... ¡Iba a salvarte! Eso fue lo que pasó.
—Pero no lo hiciste tú. Fue Stear quien salvó a Terry y a Candy de ese accidente —Contesto Patty sujeta de Stear —¿Por qué lo quieres culpar de algo que no tuvo que ver? Al igual que tú, fue una víctima de las circunstancias.
—¿Quienes son ustedes dos? —Pregunto Susana furiosa —Esto es entre Terry y yo. Es su culpa que este en este estado ¡Me lo debe!
—¡Al contrario! Es gracias a Patty que estás a salvó —Aseguro Karen colocando sus manos en los hombros de Patty —De no ser por ella, estarías lisiada o muerta ¿Así agradeces a quienes te ayudaron?
—No es necesario, Karen. Solo quiero una explicación —Dijo la chica dando unos pasos hacia Susana —¿Por qué pretendes que Terry te de algo que no te debe? Al menos ten en consideración que su novia también está en este hospital.
—¡Por mi que se muera! —dijo la rubia con voz cargada de odio —Si esa imbécil se hubiera quedado en su pueblo nada de esto estaría ocurriendo.
—¿Cómo te atreves a a hablar así de mi pecosa? —Reclamo Terry furioso —Tener a Candy aquí ha sido lo mejor de este mundo ¡No te permito que me faltes el respeto!
—Cálmate Terry. No armes un escándalo —Aconsejo Stear al castaño —Ademas, creo que ella habla es por celos ¿O me equivoco? Te gusta Terry y por ello estás actuando de esa manera.
—Basta...
—No te entiendo entonces. Solo una persona que le desea el mal a otro y es capaz de engañar a la gente para cumplir sus objetivos —Dijo Stear con tono serio —No puedes exigirle a Terry nada porque simplemente él no te deba nada, y no puedes hacer nada al respecto.
—¡No! —Vocifero la rubia empezando a gritar obscenidades y maldiciones por todos lados. Golpeo brutalmente la cama y la mesa con sus medicamentos y las cosas de su madre —¡Terry debería ser mío! Por mí él está en las tablas, es a mí a quien le debe todo, no a esa mocosa ¡Ni siquiera le llegaron sus cartas! Solo es una absurda campesina que no tiene nada que ver entre nosotros.
—¿Cartas? ¿A qué te refieres? —Pregunto Terry a Susana quien casi al instante se lleva ambas manos a la boca sin, embargo ya había dicho lo suficiente.
—¡Por supuesto! —Exclamó Karen con sorpresa —¡Tú eras quien robaba la correspondencia de Terry!
Y fue ahí cuando el pálido rostro de Susana terminó por perder el color y en ese caso Susana veía a su verdugo frente a frente.