Art.Betty Graham
~Candy~ ...
La casa parecía más grande sin Terry aquí.
Se fue a mitad de la noche, su beso intenso y urgente en mi boca.
"Ten cuidado," ordenó contra mis labios. "No dejes la casa a menos que tengas que hacerlo, y solo con un guardia. Prométemelo."
"Te lo prometo."
"Estaré en casa tan pronto como pueda."
"Aquí estaré."
Me envolvió en sus brazos, sosteniéndome cerca. "Eso es lo que necesito para salir de esto."
Entonces se fue.
Intenté dormirme después que se fue, pero la cama no se sentía bien sin él, la casa demasiado silenciosa. Me levanté y encendí la luz. En mi buró estaba una cajita, y dentro, un brazalete, hermoso y reluciente bajo la luz. Nuestras iniciales entrelazadas, T y C con pequeños diamantes incrustados. Una tarjeta dentro de la caja simplemente decía:
Quiero ver esto en tu muñeca cuando regrese. Estamos conectados sin importar la distancia.
Tuyo, siempre
Terry G..
Había lágrimas en mis ojos mientras examinaba la delicada pieza. Me la puse, batallando con el broche, pero finalmente conseguí cerrarlo. Crucé la habitación para colocar la caja sobre la cómoda, deteniéndome cuando vi el móvil de Terry, su cartera, y su anillo de bodas en la superficie de madera. Cogí el ancho anillo de platino, deslizándolo en mi dedo. Terry tenía manos y dedos largos y elegantes, pero aun así me quedaba suelto. Me había explicado que no se llevaba nada personal, nada que pudiera atarlo a su mundo. Me había asegurado que en nefastas circunstancias, si algo le pasaba a él, se me informaría y cuidarían de mí. Entendía sus razones y la necesidad de las medidas.
Sin embargo, me impactó ver sus cosas personales aquí. Con un suspiro, dejé el anillo sobre su cartera, y me vestí. Sabía que esta noche ya no dormiría.
Horas más tarde, Pony, Patty y Annie llegaron junto con Donald . Él me sonrió y aceptó una taza de café y un muffin.
"Hay guardias en la propiedad, y dos dentro. Serán discretos, pero si los necesitas, solo tienes que llamarlos. Volveré como a las seis."
"¿Estarás aquí hasta que Terry vuelva?" Pregunté, nerviosa por alguna razón.
Me sonrió amablemente. "Sí, todos estaremos aquí." Cubrió mi mano con un suave apretón. "Estate tranquila, Candy. Terry y su equipo son profesionales. Son cuidadosos, tienen planes de respaldo, y estarán cubiertos. Volverá a casa a salvo."
"Gracias, Donald."
"Solo voy a trabajar hoy, luego voy a tomarme unos días hasta que vuelvan. Quizás podamos encontrar algo con lo que entretenernos esta noche. Terry tiene una gran colección de películas. ¿Tal vez una comedia?"
"Suena bien."
Nos mantuvimos ocupadas todo el día, todas nerviosas. Annie se veía particularmente estresada, así que me senté junto a ella, pidiéndole que me expl< para ayudar a las mujeres y los niños. Agradeció la distracción, y explicó cómo manejaban el amplio portafolio. Me sorprendió cuando vi la vasta cantidad de dinero que manejaban.
"Patty es una inversionista experta. Pony dirige el aspecto de las organizaciones benéficas, y yo me encargo de las solicitudes individuales." Me ofreció una tímida sonrisa. "¿Tal vez te gustaría trabajar conmigo?"
"Sí, definitivamente," le dije. "¿Qué haces exactamente?"
Sacó un archivo cerrado. "Algunas de las personas que Terry y su equipo rescatan no tienen lugar a dónde ir, o familia. Los ayudamos a establecerse, con una nueva identidad, un hogar, lo que sea que necesiten." Suspiró. "Algunos, como yo, nunca pueden sobreponerse a lo que les pasó, así que nos aseguramos que tengan su porvenir asegurado."
"¿Cómo?" Pregunté. "Eso sería inmenso para monitorear."
"Somos dueños de una docena de grandes propiedades por todo el mundo. Dejamos que la gente viva allí, que tengan una nueva vida. Algo así como pequeñas comunidades, en realidad. Tenemos personal que las maneja. Hay jardines que ellos cuidan, granjas, viñedos—una variedad de lugares. Están a salvo, felices, y cuidados. Eso es lo que aspiramos a hacer."
"Usan el dinero malo para hacer algo que merece la pena."
"Sí."
Asentí. "Quiero participar."
Pasaron cuatro días. Extrañaba terriblemente a Terry. El sonido de su voz. Sus caricias. La forma en que se sentía despertar junto a él. Siempre era muy cálido, y me sentía a salvo con él cerca. Sabía que Patty y Annie también extrañaban a Stear y Archie. Nos levantábamos el ánimo entre nosotras durante el día, pero una vez que me dirigía a la cama, sentía la tristeza apoderarse de mí.
También estaba preocupada. Terry pensó que estaría ausente dos días, tal vez tres. Aunque Donald me aseguró que esto ocurría en ocasiones, noté que incluso él parecía tenso.
No podía dormir. Me paseaba por nuestra habitación, usando una de las camisas de Terry por las noches. Me sobresaltaba con cualquier ruido. No podía concentrarme durante el día. Esta tarde me di por vencida y pasé horas horneando las galletas favoritas de Terry, queriendo consentirlo cuando llegara a casa.
Pero primero tenía que llegar.
Escuché un golpe en mi puerta, y Donald entró después de llamar. Mi corazón se aceleró.
"Donald , ¿qué pasa?"
Levantó su mano. "Todo está bien. Patty tiene un mensaje de Stear. Todos están bien, simplemente retrasados."
Me senté, mis piernas demasiado temblorosas para sostenerme por más tiempo. "Está bien. E-Eso es bueno."
Se puso de cuclillas frente a mí. "Pronto estará en casa, Candy."
Una lágrima cayó por mi mejilla, pero asentí, tratando de sonreír.
Apretó mis manos. "Me alegra mucho que te haya encontrado."
"Lo amo."
Se puso de pie y dejó un beso en mi frente. "Lo sé, Candy. Lo sé."
Se fue, y me fui a la cama, aún inquieta, pero no tan preocupada. Temprano, estaba despierta y en la cocina, preparando café, cuando escuché que la puerta principal se estrelló en la pared y el sonido de pies corriendo. La voz de Terry se escuchó en la silenciosa casa.
Continuará...