Capitulo 4
Susana
Susana fue una pequeña solitaria que siempre quiso tener un padre y hermanos como sus demás amigos y vecinos, su madre siempre le decía que ella era de una posición más alta que ellos, y que ella era hija de un hombre que fue una celebridad y la mayoría de ellos no, por eso ella era más importante que todos.
Susana tenía la foto de su padre, un hombre de cabello rubio y rizado, ella le hubiera gustado tener el cabello de su padre y no el de su madre, ya que por más que su madre o nanas le hicieran esos hermosos peinados con uno bucles elaborados luego estaban totalmente desechos.
_ ¿Mamá es verdad que tuve una hermana?_ Preguntó la pequeña Susana a su madre mirándola con ilusión.
Amelia la observó con sus ojos llenos de molestia.
_ ¿Quién te dijo tal cosa?_ Indaga llena de indignación.
Susana palideció y retrocedió un poco al ver que su madre tenía furia en sus ojos. Ella a sus escasos ocho años solo quería saber si era verdad.
_ ¿Contesta, quién te dijo esa barbaridad?_ Amelia la tomó del brazo y jaloneo.
_ La hija de los Thomson, ella me dijo que mi padre tuvo otra esposa y otra hija._ Fue la voz que salió de la asustada Susana, y brotando lágrimas de ellos.
_ Escúchame bien Susana, no quiero que le vuelvas a Hablar a esa niña, que es una mentirosa, yo me encargaré de hablar con sus padres, y si por alguna razón te veo con ella recibirás el castigo que le dan a los hijos de los Robinsón._ Susana abrió los ojos con terror, ya que esos niños eran víctima de los castigos más crueles que en su infantil cabeza había visto.
_ Lo prometo, no volveré a hablarle nunca más._ Amelia vio el miedo reflejado en los ojos de su pequeña hija, ella sonrió.
_ Cualquier persona que te diga algo así, jamás le vuelves a hablar. ¡Entiendes! Ya que son unos mentirosos que solo te odian y envidian, por ser la más bella y la mejor de todas. Tú no tienes hermanas y mucho menos tú padre estuvo casado, solo yo, soy su esposa; y la única verdad es la que tú madre te dice. ¿Entiendes?_ Fueron las palabras de su madre.
_ Nadie estará sobre ti, ¡jamás! Tú eres la gran Susana Marlowe hija del Director Filip Marlowe y serás la mejor de todas.
Años después, Susana se miraba en el espejo del teatro, aprendió a ser la mejor en todo, y si alguien intentaba quitarle ese lugar ella de una forma y otra forma no lo permitiría.
Esa tarde estaba molesta, ella era la consentida del teatro Stanford, aún sentía que era una de las dueñas, hacía un par de años que ya no tenían la parte que su padre les dejó, porque su madre reclamaba las ganancias y no aportaba dinero ni para los empleados, vestuario, o escenografía.
Recordó cómo perdieron la parte del teatro.
Cuando su madre comenzó a tener grandes discusiones con Robert el hombre que heredó la otra mitad de su padre, el hombre que descubrió a Filip; Amelia persuadió al hombre mayor por años para que el corriera con los gastos del Teatro y ella tuviera las ganancias de su parte completas. Pero con Robert fue diferente él le dijo tajantemente que los gastos al igual que las ganancias eran por igual. Este hecho la tenía furiosa, y cuando llegaba fin de mes Susana escuchaba las discusiones por dinero entre los dos. Amelia a pesar de ser hermosa ya no era la misma de años atrás. Y la precedía una reputación de casa fortuna y en busca desesperadamente de un marido que la librará de la eminentemente quiebra, aparte de su amargura que invadió su ser y no podía ocultarla.
Susana creció en el teatro y fue una excelente actriz de hecho, y decían que era más bella que su madre .
Pero en los últimos años apenas y cubrían los gastos, embargaron su casa que era lo único que les quedaba del hombre que Susana llamaba padre, así que para no perderla Amelia llegó a un acuerdo con Robert, venderle su parte para librar su casa, pero Susana seguiría trabajando ahí, y los papeles importantes ella sería la que los protagonizaba, ganado un sueldo que no les alcanzaba para mucho de lo que estaban acostumbradas.
Susana se acostumbró a ver hombres entrar y salir de su casa para poder tener un poco de la vida que conoció de pequeña. Amelia era muy recelosa con su hija, tenía la experiencia de que por su juventud era ingenua, y si dañaba su reputación jamás un hombre se casaría con ella ni la tomaría en serio; terminaría volviéndose en objetó de hombres que la tomarán y usarían a su antojo, eso no pasaría con su Susi, ella sería una gran estrella y con una reputación intachable; y sería la esposa de un millonario, era la meta de Amelia por eso la acompañaba en todo momento para que ningún lobo con piel de oveja ofreciéndole el cielo y la tierra la dañará.
Susana volvió a su realidad del teatro. En su camerino uno de los más grandes de las estrellas principales está temblando de rabia por el ensayo en el cual la malcriada Karen Kleins quiso adueñarse de su papel en el rey Leard.
_ Si fuera el teatro aún nuestro la echaría a patadas._ Gritó.
Lazo un florero contra la puerta al recordar cómo no podía ensayar en paz al Karen intervenir haciéndole notar horrores todo el tiempo, sin dejarla concentrar.
Su madre la quiso reprenderla pero Robert le dio la razón a ella, Susana en un ataque de rabia corrió al camerino dejando a Robert y su madre en una acalorada discusión, Robert molestó mando a cancelar el ensayo, yéndose todos a los camerinos o a casa.
Susana ya más calmada salió en busca de su madre.
Toc, toc. Fue un golpe en la puerta.
Susana llamó al conserje para que abriera pero no estaba en ningún lado.
Toc, toc. Sonó de nuevo.
Susana miró por la ventana que había una tormenta de nieve, con algo de molestia se acercó y abrió.
Susana se quedó muda viendo ahí de pie a un joven con una capa en medio de la tormenta.
Susana no había reparado en que ya era de noche, y le extrañó ver al joven ahí.
_ Hola, vengo en busca de trabajo. _ Dijo algo asustado.
Susana se quedó inmóvil mirándolo.
_ Me gusta la actuación y me encantaría poder tener una audición._ Susana seguía muda mirando aquél hombre de cabello castaños oscuros, piel pálida casi como la nieve que lo rodeaba y esos bellos ojos azules y un rostro tan simétrico.
_ ¿Señorita?_ Repitió Terry en medio del frío.
_¡Oh! Que maleducada soy, pasé. _ Susana le dio ingreso.
El Castaño ya adentro se quitó la capa y Susana vio lo guapo que era en su totalidad.
_ ¿Quién es el encargado?_ Quisiera tener una oportunidad de una audición._ Terry sonrió.
_ Lamento la hora, pero no sabía cómo llegar y ya cayó la noche._ Se excuso.
_ Tal vez y deba volver mañana._ Terry se notó apenado y no veía a nadie ahí parecía que ya estaba cerrado.
_No está bien el director todavía está aquí, y yo tengo influencia en el teatro, así que le puedo ayudar a que le den una audición ahora mismo. _ Susana le sonrió con rostro dulce.
_¿En serio? ¿Puede ayudarme?_ El castaño reparó en ella.
_ Claro que sí, mi padre era socio de este lugar y aún tengo algo de poder._ Susana dijo esto con orgullo.
_ Y, usted es…_ Preguntó ella.
_ Un gusto, soy…Terry Graham. El joven se inclinó con gracia y elegancia la cual ya tenía heredada.
Susana quedó encantada con lo educado del joven.
_ Venga, le presentaré al dueño._ Susana caminaba y Terry tras ella se deslumbra de finalmente estar en un lugar así, y no escuchaba a su anfitriona.
_ Aquí se han presentado las estrellas más grandes, como Leonor Baker._ Terry frenó su andar.
_ Yo seré la próxima estrella que más brille por encima de Eleonor._ Susana volteó y le sonrió.
Robert venía con cara de molestia y cansado, tenia la puesta en escena de una nueva obra y no estaba saliendo como esperaba; Susana y el actor que haría el papel del rey no tenían esa conexión y Karen era muy nueva, talentosa si, pero la verdad es que el tenia un contrato con Susana que no podía romper y su madre se lo recordaría todo el tiempo.
Robert vio a lo lejos a un joven y a Susana.
Susana tenía un buen semblante, nada que ver con su pataleta de momentos atrás. Miró al joven que le llamó la atención, le recomendó a alguien que había conocido años atrás.
_ Robert te presento a Terry Graham. Vino para hacer una audición. Creo que para la obra estaría perfecto. ¿No lo crees?_ Habló Susana emocionada y Temerosa.
Robert reparó en el joven, un gran porte y muy bien parecido. Tenía una presencia para ser actor, pero… ¿sabría actuar? Él no tenía tiempo de enseñarle a nadie.
_ ¿Sabes actuar? ¿Dónde has trabajado? Indagó Robert impaciente.
_ Vengó de Inglaterra, Londres. Y ahí he actuado. Terry mintió.
_ Conoces ¿Shakespeare? _ Preguntó el director.
_ Si, de hecho es mi escritor favorito._ Respondió emocionado.
_ Bien, te haré una prueba, de inmediato. ¿Estás listo?_ Presionó Robert.
_ Estoy listo._ Los ojos de Terry se iluminaron.
Susana lo miró emocionada. Ese chico tenía algo que no tenían otros, y eso Robert y Susana lo notaron de inmediato.
Susana miró con sus ojos llenos de brillo la magistral escena que Terry hizo ante los ojos de un frío pero claramente emocionado Robert.
_ Susana ya tengo tus pertenecías te buscaba, es hora de irnos._ Dijo Amelia que vio a su hija en las sillas del público con el director que odiaba.
Por favor mamá, deja que termine de verlo. _ Dijo en un susurro suplicante.
Amelia miró al joven en el escenario, ella sabía cuando alguien tenía talento, o no, y lo reconocía.
Terry terminó su escena , se quedó ahí de pie mudo nervioso.
_ Bien, pasaste la prueba, mañana te espero temprano._ Dijo Robert retirándose, lo que menos quería era ver a la madre de Susana, pero satisfecho de darle una oportunidad al joven actor y promesa, lo pondría tal vez como el rey suplente, debía verlo con el grupo y tener la decisión final.
_ ¿Dónde vives?_ Preguntó Susana al joven que se ponía la capa.
_ Estoy en un hotel, a unas cuadras de aquí._ Terry se notaba contento, entusiasmado.
_ Ven te llevaremos, la noche es fría y puede ser peligroso._ Susana dijo casi por instinto.
Amelia iba un par de pasos adelante de los jóvenes, mientras Terry se despedía de Robert, ella le rogó que lo llevasen al menos acercarlo a su destino. Amelia no estaba muy contenta pero aceptó.
_ Ven te llevaremos, dijo Susana a Terry al salir, Terry se negó, pero Susana insistió.
Dejándolo en el hotel, Susana le ofreció recogerlo al día siguiente, pero él se negó.
Susana esa noche no durmió pensando en Terry, al día siguiente vio que en el teatro, era el primero en llegar y el último en irse. A la semana consiguió un pequeño apartamento a un par de calles del teatro. Y así Terry se adaptó a su nueva vida. Todo el tiempo pensaba en cómo llegó, a quien dejó en Inglaterra, lo único que lo ayudaba a no enloquecer era el teatro y el deseo de volverla a ver. La armónica era su fiel amiga.
El papel del rey Leard fue suyo, Robert y todos estaban encantados con su talento, Terry hizo su debut siendo un éxito, y las reseñas positivas se publicaron, el mundo comenzó a conocer al actor Terry Graham. Los hermosos ojos azules de una mujer miraron la noticia con sorpresa, temor, y algo de orgullo. Eleonor tomaba el diario con fuerza, su hijo seguía sus pasos.
Susana estaba totalmente enamorada, era el hombre que siempre imaginó, y no habría cabida para nadie más.
Pero la mirada triste y el canto de su armónica con lágrimas en sus ojos la inundaba de tristeza y miedo, Terry ocultaba algo, y un temor la invadía.
La fama llegó y con ella las giras.
_ Bien, comenzaremos la gira por Pensilvania, Ohio, Indiana, todo Illinois y terminaremos en Chicago._ Informó Robert.
_¿Chicago?_ Dijo Terry con sorpresa.
_ ¡Candy!_ Fue el nombre que Terry dijo en voz baja pero Susana lo escuchó.
Última edición por Carmín Castle el Vie Abr 19, 2024 11:41 pm, editado 1 vez (Razón : cambió de portada)