Capítulo 9
Deudas
Robert le gritó algo y corrió con otro par de hombres más a tratar de liberarla. Finalmente Terry sintió todo de golpe.
Un joven de la escenografía trataba de ponerlo en pie, escuchaba el llanto de las chicas y los gritos de Robert pidiendo más ayuda para liberar a la joven.
_¿Terry, está bien?_ Terry solo asintió como por reflujo.
_ Ayúdanos, debemos sacar a Susana antes de que algo más grave pase.
Terry volvió en sí, corrió y tomó la pesada estructura con Robert y el conserje. Llegó otro actor y al lograr moverla Terry halo a Susana y la liberó.
Vio que estaba inconsciente.
_ llevemosla al hospital._ Dijo Terry con desesperación.
Robert y Terry la sacaron con sumó cuidado, al montarla Robert le dijo a la mujer del vestuario.
_ Busca a su madre, dile que la llevaremos al hospital Montefiore. _ Mando el director.
Terry enmudeció y palideció al recordar como esa tarde Amelía dijo sentirse mal y que se iría temprano, pidiéndole a Terry que acompañará a su adorada hija a casa. Que la mujer se ausentará ya era algo normal en ella. Dirigencias, malestares o el no querer ver a Robert eran excusas perfectas para hacer que Terry tuviera que cuidar de su hija, ya que esté no se sentía capaz de negarse.
Al llegar al hospital fue ingresada de inmediato, Susana estaba inconsciente y Terry estaba petrificado ante lo sucedido, a diferencia de Robert que trataba de tener el control de la situación.
_ Terry, espera aquí yo debo ir a llenar los papeles y esperar a…_ Robe puso cara de Terror.
_ A su madre._ Diciendo esto se marchó de inmediato.
Terry veía como ingresaban enfermeras y médicos a la sala de cirugía.
_ No. Qué no se muera, es mi culpa, debía ser yo y no ella._ Era lo que repetía Terry en un inmenso temor.
Susana veía como su padre estaba sentado en una banca de un parque, Susana caminó hasta él.
_ Papá sé que eres tú._ El hombre ahí en silencio levantó su rostro y la miró.
_ ¿Viniste por mí? ¿Por qué?_ Susana lo abrazó.
_ Deseaba tanto hacer esto._ Susana se bañó en gruesas lágrimas, mientras abrazaba al hombre sintió unos zapatos de tacón. Alejándose vio a la mujer que estaba con Candy, de hecho el parecido con la enfermera era enorme, susana dio un paso atrás.
_ Papá, ¿quién es ella? ¿Porque está aquí contigo?_ Fue el reclamo de la joven.
_ Susana, ¿por qué me llamas papá?_ El hombre puso sus ojos fijos en ella.
_ Eres mi padre, ¿no?_ Miró como la mujer se sentó al lado de él y se tomaron de las manos con argollas idénticas de matrimonio.
_ ¿Por qué estoy aquí? ¿Quiénes son ustedes? Me quieren hacer daño, ustedes me siguen y yo no les he hecho nada. _ Susana se notó turbada.
_ Somos tú nuevo futuro, digamos que cuidamos de lo que no fue quitado._ Dijo él.
_nuestra hija._ terminó la mujer.
_ ¿Yo?_ indagó Susana.
_ Acepta tú destino, y aléjate de tu madre, estamos aquí por ella y no nos iremos con las manos vacías. No tomes lo que no te pertenece, no dañes al indefenso, ni rompas los hilos del destino._ Dijo el Filip.
_ ¿Y cómo lo hago?_ Pregunto ella.
El destino tiene un curso, no trates de torcerlo o acortarlo, no interfieras en él.
_ No repitas lo que hizo tu madre._ Aconsejo la mujer.
Susana reparó en ella y aún allí recordó a la enfermera.
_ Y tú, ¿quién te crees para exigir tal cosa?_ Susana la miró con odio.
_Es mi esposa; mi verdadera esposa, tú no eres mi hija, tú madre te mintió. Y no dejaremos que dañes a nuestra verdadera hija. Esta es solo una advertencia, acepta tu destino, el que te toca no hagas lo mismo que tú madre no interfieras en Terry y su verdadero amor. _ Susana sintió su cuerpo arder de furia.
_ ¿Y si no quiero que?_ Murmuró.
_El destino te cobrará, estás advertida._
Está reaccionando señor, decía una enfermera la cuál oía Susana a lo lejos mientras sentía como su ser parecía flotar en el aire.
Sintió cómo su cuerpo tenía peso y luego, silencio total.
_¿Que es tanto escándalo?_ Decía la mujer que venía de dar su turno y revisar que sus pequeños pacientes estuvieran bien.
_ Parece que una estrella del teatro tuvo un grave accidente y está muy mal._ Dijo una de las jóvenes aprendices.
_ Disculpé pero veré si el joven Terry está bien._ Dijo la chica yendo en dirección de un desconcertado actor.
Mery Jane vio con desconcierto como una mujer a la cuál nunca olvidaría entraba a toda prisa al hospital, está vez sí se veía que tenía cara de desesperación e inmensa preocupación junto con otro hombre que trataba de contenerla.
Llegó hasta donde estaba el joven y veía como le reclamaba muy molesta. La enfermera que se acercó fue echada por esta de inmediato, regresando a la sala de enfermería.
_ Qué pasa ahí._ preguntó Mery Jane.
No lo sé, yo solo quería ofrecerle algo al señor Terry Graham, y la mujer llegó y me echó, y está tratando mal al joven actor._ La chica estaba triste.
_ ¿Sabes quien es ella? Preguntó tratando de confirmar sus sospechas.
_ No sé quién sea ella._ señaló a la mujer.
_ Lo único que sé es que la joven que se accidentó es la señorita Susana Marlowe la nueva estrella del teatro.
Mery Jane bajó su rostro para que la joven no notará su sorpresa.
_ Bien, vuelve a tu trabajo, que hay muchos pacientes._ Fue la orden de la enfermera jeje tratando de sonar indiferente a la situación. La joven con un puchero se retiró hacía el área que cubría.
Mery Jane fue y le preguntó a una de las enfermeras que atendieron a la joven las cuales le dijeron que la joven no estaba nada bien.
Esa noche a diferencia de casi dieciocho años atrás vio una mujer molesta, llena de dolor, y con inmenso miedo, nada que ver con la mujer de aquella noche que parecía casi disfrutar lo que pasaba.
No dejó que Terry la viera. Pero el actor pidió estar al tanto de todo lo que pasará con la joven.
_¿ Cómo pasó?_ Preguntó a Terry y Robert ya un poco más calmada por un calmante que le dieron.
_ Fue un accidente Amelia._ Respondió Robert.
_ Fue mi culpa, el accidente fue por sálvame._ Dijo Terry con sus manos puestas en su cabeza.
Amelia abrió sus ojos llenos de irá anteo escuchando.
_¿Que? ¿Mi hija está así por tu culpa?_ Amelia levantó su rostro con fuerza.
_ El no tiene la culpa, yo estaba ahí y la estructura solo cayó, Susana solo lo empujó pero los dos estaban debajo de ella._ Dijo Robert retirado a Amelia de él chico.
_ No tienes porqué ayudarme, se que lo hizo por salvarme, ese debí ser yo y no ella._ Fueron las palabras de un derrotado Terry.
_ Largo maldito, y que en tu consciencia te quede el daño que le estás haciendo a mi hija._ Dijo Amelia en una mezcla de asco y desprecio.
Amelia que iba a seguir agrediendo a Terry vio con sorpresa como del cuarto de cirugía salió un hombre igual al que llamó esposo, y una mujer de su brazo igual a su prima, el mundo de Amelia se vino abajo al verlos. Todo a su alrededor desapareció.
_ Señora Marlowe, señora Marlowe. _ Repetía el médico frente a ella, el cual había salido de la sala de cirugía.
_ Amelia._ Robert la movió haciéndola volver en sí.
_¿Por qué salió esa pareja de él cuarto donde está mi hija? Señaló la mujer muy molesta.
_De que habla señora, solo he salido yo y las enfermeras que me asistieron._ Dijo el médico.
_ No, yo vi salir un hombre y una mujer._ Insistió.
_¿Y cómo eran?_ indagó el médico.
Mery Jane miraba lo descompuesta que estaba la mujer alegando ver una pareja. Pero Mery Jane al igual que los presentes solo vieron las enfermeras.
_Yo… _ Amelia se quedó muda.
_ Solo salieron el médico y dos enfermeras, yo estaba aquí._ Dijo Robert.
Terry estaba a una prudente distancia para no ser escuchados, pero a la espera de las noticias del médico.
_ Doctor, cómo está Susana._ Le preguntó Robert ya qué Amelia seguía en shock.
_La señorita Susana está viva._ Fue lo que escucharon, Amelia, Robert y Terry. Y los demás presentes.
Mery Jane que tomó los papeles que dejaron la enfermería miró con asombró el historial. Abrió sus ojos mientras un gritó sonó en el lugar.
_¡No! ¡No! ¡No! Por su culpa maldito mi hija no podrá volver a caminar._ Eran los gritos y lamentos de Amelia.
Terry aún sentía como eco lo dicho por el médico. Susana está viva pero ya no podrá volver a caminar. Terry estaba aterrado, cómo era posible tal cosa.
Amelia en medio de su dolor y desesperación comenzó a lanzar improperios a Terry y echarlo. Mientras Robert y el médico la contenían dándole un calmante.
_ Vete Terry, ella ahora no entenderá razones, yo mañana te informaré.
Terry salió sintiéndose fatal.
_¿Porque había pasado todo ésto?_ Ella era tan joven e iniciando su carrera. Terry se sentía culpable.
_Si madre tiene razón. Es mi culpa. De aquella fría noche, caminando sin rumbo hasta su casa.
Después de unos minutos, Amelia estaba más tranquila.
_¿Puedo ver a mi hija?_ preguntó.
_ Está dormida solo puede estar en silencio ella debe descansar ya que está muy sedada.
Amelía llegó a la puerta y vio por un parpadeó a Filip y Candys cada uno al lado de su cama. Frenó su andar y emitió un sonido de espanto. El médico asumió que era por ver a su hija en esas condiciones.
_ Su hija está tranquila, el dolor está controlado._ Dijo el médico.
_Los dejaré solos._ Dijo el médico y salió.
_ Te dejaré con tú hija. Robert se dispuso a salir.
_No, no te vayas, por favor. No tengo a nadie que me acompañe está noche._ Fue la voz de Amelia que llenó de pena a Robert, quedándose ahí esperando que la larga noche pasará.
Así la noche dió pasó al día, donde Susana despertó, Amelia se volcó en cuidados a su hija.
Susana miraba el cariño y devoción de su madre, estaba triste, y pensó en su sueño mientras era intervenida. Pero decidió dejarlo así.
Solo fue una pesadilla por los rumores mal intencionados de mi padre y la enfermera esa que está interfiriendo en mi felicidad.
Amelia cuidaba todo el tiempo de su hija, está agotada, pero no sólo por sus cuidados, no dormía bien, veía a su prima y Filip todo el tiempo. En las noches temía cerrar los ojos ya que los veía rondando la cama de su hija, así que la cuidaba con más ahínco para que nada más la dañarse.
Terry comenzó a visitarla, pero su madre aún estaba muy molesta, así que le dejaba flores. Hasta que finalmente Amelia al hablar con Susana y ver qué Terry no solo era el hombre que ella amaba, también era el único que podría ayudarlas ahora, Amelía le pidió que la visitase.
Terry su corazón está a apagado, apocado, sentía un inmensa culpa y más cuando salía del hospital de ver a Susana.
Mery Jane se acostumbró a ver al joven yendo a verla a la joven todos los días.
Esa tarde que Terry salió del hospital se sentía peor que nunca, su sueño hecho realidad llegaría mañana a New York y él tendría que aceptar su destino y decirle adiós a la felicidad.
El destino estaba en camino, un destino ya trazado, que no debía ser intervenido o la ruleta girará de nuevo haciéndolos girar de nuevo..